RAPMM

Rito Antiguo y Primitivo de Menfis-Mizraim.
Orden de los Ritos Unidos de Menfis & Mizraim, Montauban 1881.
Gran Orden Soberana de los Ritos Egipcios.

Filiación Directa:
Robert AMBELAIM, Gerard KLOPPEL, Michel GAUDART de SOULAGES


domingo, 29 de noviembre de 2015

ORDEN MARTINISTA INICIÁTICA

                                           O:::M:::I:::



Orden Martinista Iniciática

La Orden Martinista Iniciática nació en 1968 por iniciativa de Robert Ambelain. 

En 1942 Robert Ambelain “despierta” “la Orden Martinista de los Elus Cohens”, nacida de la “Orden Tradicional” y de “la Orden de los Rosa+Cruz de Oriente”. El 26 de Octubre de 1958 se constituye una “Unión de las Órdenes Martinistas” comprendiendo tres Ordenes: “La Orden Martinista - Martinezista” (Henri Dupont), “la Orden Martinista” (Philippe Encausse, Gran Maestro) y “la Orden Martinista de los Elus Cohens” (Robert Ambelain, Gran Maestro).

El 28 de Octubre de 1962, se decidió entre Philippe Encausse y Robert Ambelain: Fusionar la “Orden Martinista” y la “Orden Martinista de los Elus Cohens”. Los lazos se mantienen entre esta nueva “Orden Martinista”, la Iglesia Gnóstica Apostólica Universal y la Orden Kabalística de la Rosa+Cruz. Existe un Círculo exterior correspondiente a la “Orden Martinista” y un círculo interior llamado “Orden de los Elus Cohen”. La presidencia está asegurada por los dos hermanos signatarios.

El 29 de Junio de 1967, Robert Ambelain dimite de su cargo y designa a Iván Mosca como su sucesor a la cabeza de la Orden de los Elus Cohen.

El 14 de Agosto de 1967, un protocolo es firmado entre Philippe Encausse e Iván Mosca que revela las divergencias fundamentales existentes entre la “vía cardiaca” y la “vía operativa”. Existen, entonces, dos Órdenes distintas en este momento.

Pero el 14 de Agosto de 1968 (o Mayo de 1968 como lo declara R. Ambelain) Iván Mosca decreta que su Orden sea puesta en sueño por una duración indeterminada.

El 30 de Junio de 1968, Robert Ambelain, crea una nueva Orden, “la Orden Martinista Iniciática” de la que se convirtió en Gran Maestro. Publica en un medio Martinista un texto titulado “Origen, principios y modalidades de la rectificación de 1968”  basado en los siguientes elementos esenciales:

- Un análisis del sistema de los Elus Cohens, de las prácticas, de los signos, etc., muestra el arcaísmo y la inadaptación al mundo moderno del sistema. Es preciso, entonces, hacer una reforma.

- No existe una verdadera filiación Martinista francesa que remonte a Louis Claude de Saint Martín, habiendo sido Papus el inventor de la filiación.

- Sin embargo existe una filiación rusa auténtica, poseyendo los ritos específicos que remontan a Saint Martín, por intermediación de Nicolás Ivanovitch Novikoff y Eugene Schwartz, y después Galitzinz.

- Existía una antipatía entre Saint Martín y J.B. Willermoz. También se la encuentra entre los dos ritos masónicos concurrentes, el rito reformado del primero y el rectificado del segundo.

Consecuentemente Robert Ambelain se hace reiniciar en esta filiación y cambia de “nombre” esotérico. Él creó, como ya hemos dicho, una nueva Orden, dividida en dos templos:

Primer Templo:       Asociado
                                   Iniciado
                                   Superior Desconocido                                 Doctrinal
                                   Superior Desconocido Iniciador

Segundo Templo:     Caballero de Palestina                                Operativo

La calidad masónica es exigida para entrar en el segundo templo, ya que se trata de un grado masónico.

El primer templo trabaja bajo las formas rituales rusas conservadas según R. Ambelain desde 1800.

El Willermozismo es abandonado y las visitas de los Martinistas “apócrifos” eran rechazadas, a excepción de algunos hermanos “particularmente calificados en los dominios de las ciencias esotéricas.”

Resumiendo, esta rectificación y retorno a los ritos y filiación rusa es propuesta a todos los Martinistas u Órdenes deseosos de apuntarse.

El 29 de Octubre de 1984 Gerard Kloppel sucede a Robert Ambelain en la Gran Maestría de  esta Orden. Después de esta fecha parece que las relaciones con las Órdenes hermanas se habían flexibilizado considerablemente y que ciertas visitas eran, al menos en principio, posibles.

El reclutamiento se hacía mediante los hermanos y hermanas masones, pero la Orden demanda un interés marcado por el esoterismo, la alquimia, la astrología, la Cábala y las mancias. Esta exigencia no es precisa en cuanto a la maestría.

La O.·.M.·.I.·. está, hoy en día, dividía en tres Templos. El primero es aquél de la Orden Martinista Iniciática mismo, considerado como Orden exterior. El segundo Templo es la Orden interior, Santuario de los Caballeros de Palestina. Está dividido en tres vías: teúrgica, sacerdotal y caballeresca. La primera corresponde a la Orden de los Elus Cohens (idénticos grados de los de aquella tradición), la segunda es la de la Iglesia Gnóstica Esotérica (Grados menores y mayores eclesiásticos) y la tercera el Gran Priorato Martinista (Altos grados de la Rectificada). El tercer Templo es el de la Orden Hermética R+C, comprendiendo “la O + R +  C + E +” sobre la cuál no tenemos ninguna reseña.

El 21 de Marzo de 1994 Richard Gaillard sucedió a Gerard Kloppel  "Signifer"  como Gran Maestro de la O.·.M.·.I.·. Gerard Kloppel conservó la presidencia del Soberano Santuario de los Caballeros de Palestina. Posteriormente asume como gran Maestra en Octubre de 2001 Catherine Caillault y le sucede Michel Gaudart de Soulages, IV Gran Maestro Mundial de la Orden Martinista Iniciática

Según la visión de ciertas personas de esta Orden, la metáfora platónica de la formación tripartita del ser y de la sociedad se adaptaría a esta estructura a su vez. Las correspondencias serían entonces las siguientes: el primer nivel correspondería a la Francmasonería, asociada simbólicamente al estómago, al centro de preparación. El segundo nivel sería el del Martinismo, aquél del corazón y de la guardia caballeresca. Finalmente, el tercero se situaría en el espíritu, la cabeza; es el espíritu de la Rosa-Cruz esencial.

Existe en la Orden un priorato activo que comprende las clases de los Maestros escoceses de San Andrés, de Escudero Novicio, de CBCS (Caballero Benefactor de la Ciudad Santa), de Profeso y de Gran Profeso.

lunes, 16 de noviembre de 2015

LA GNOSIS


Tau Johannes  Jean Bricaud (1881-1934)




La Gnosis es en realidad la suma y la fuente primordial de todo el saber
esotérico, por lo que comprende cualquier realidad, ya sea física, psíquica o
espiritual, por lo tanto intentar ilusoriamente definir esta inmensa entidad es
obra de locos. Se tiende en general a confundir los términos de Gnosis y
Gnosticismo, utilizando de forma indiferenciada uno u otro para designar la
gran corriente de pensamiento religioso que tuvo su aparición en los siglos
primero y segundo de nuestra era, y que muchos críticos del pasado a menudo
han considerado como un reflejo desviado del pensamiento cristiano.

Pero la Gnosis en su acepción real significa CONOCIMIENTO PURO, un
Conocimiento-Sabiduría por el cual conocer es, al mismo tiempo, ser. Es un
conocimiento catártico que lleva a la Metanoia, y es totalmente diferente y
distinto de lo que se entiende por Cultura y Erudición. Reizenstein la define
como "El Conocimiento inmediato de los Misterios de Dios, recibido a través de
comunicación directa con lo Divino"; Liechtenhan escribe, "Gnosis equivale a
Conocimiento de lo interno y revelación oculta no velada que es, al mismo
tiempo, comprensión de la revelación externa velada", lo que equivale a decir
"Doctrina Secreta", "Misterio", en el que pueden participar solamente aquellos
que han experimentado una "Myesis", una iniciación que les distingue de los
demás hombres. La Gnosis entendida así, como un conocimiento directo, es la suma de todas las iniciaciones precristianas y en este sentido es la Tradición Sagrada de todos los tiempos, o también la Ciencia integral transmitida por los Colegios Iniciáticos de Oriente y Occidente. La Gnosis por consiguiente es precristiana, y (con la suma de todas las enseñanzas recogidas de todas las fuentes) confluye en el Cristianismo original, del que constituye precisamente la verdadera esencia.



En vez de ser una herejía del Cristianismo, la Gnosis de los siglos I y II fue el resultado de un encuentro y de una fusión entre la religión naciente y toda una corriente de principios esotéricos y sentimientos religiosos anteriores a ella, los cuales forman parte integral de su misma esencia original. De hecho muchos de los dogmas que el catolicismo posterior impondría por fe a sus seguidores, e incluso su ritual, descienden en línea directa de los iniciados
gnósticos, de los neoplatónicos y de los hierofantes de los misterios paganos.


El Cristianismo se transformó en una religión intolerante, atribuyéndose la exclusividad de lo sagrado una vez que llegó a ser un fenómeno de masas, dirigido indiscriminadamente a todos. Por ser imposible una "democratización" del pensamiento esotérico, el sacerdocio profesional del catolicismo utilizó la característica de la gradualidad en la concesión del secreto (o verdadero sentido de la posibilidad del contacto con lo divino), degradando los conceptos
iniciáticos para poderlos explicar como fábulas a los niños eternos. Cuando
posteriormente una evolución relativa de la masa produjo una reacción
negativa, las fábulas comenzaron a hacerse embarazosas y onerosas para la
jerarquía católica, y muchos de ellos comenzaron a funcionar como cuando se
oculta el polvo debajo de la alfombra, porque el sentido velado de las mismas
era ya desconocido. La realidad esotérica, en su lógica iluminante perfecta, racional y suprarracional, fue conservada por un sacerdocio iniciático que continuó su ministerio en silencio y en la sombra, para que la tradición única e inmutable se conservase y se transmitiese de siglo en siglo. Los Gnósticos, herederos directos de los Misterios, transmitieron directa e indirectamente al Cristianismo todo el ritual y la simbología de las antiguas tradiciones y religiones, pero su auténtico significado fue dispersado poco a poco o distorsionado, como sucede cuando se  confiar un concepto iniciático a la masa.

Los sacerdotes del Cristianismo perdieron las claves y también la memoria, al mezclarse con los intereses profanos y profanarse ellos mismos. Hay que tener en cuenta que en las antiguas religiones, por encima del culto popular, constituido por símbolos y ceremonias, existía un culto reservado o secreto que fue conocido como "Misterios", en los que eran admitidos e iniciados solamente los que se constataba poseían cualificaciones particulares, después de un adiestramiento especial y pruebas de idoneidad. Esta enseñanza particular y de elite (que hasta época reciente ha sido transmitida sólo oralmente) se puede definir como Gnosis Perenne, donde está condensada la Sabiduría Primordial y Eterna, que en los Misterios era comunicada y transmitida no sólo con representaciones alegóricas o símbolos, sino con  experiencias directas y personales.

En el mundo antiguo, más cercano a la edad de oro en la que la Tradición
encontró su verdadero ámbito, los componentes esotéricos vivían ocultos y
protegidos en el interior de las religiones. El Cristianismo, en su ímpetu y
voluntad de poder material y espiritual, endemonió todos los componentes
esotéricos, inclusive los suyos propios, para afirmar su conceptualidad
antielitista, para poner a su clero como único intermediario entre el pueblo y la
divinidad, y para negar toda posibilidad de libre contacto con el plano
metafísico. Fueron además destruidos los textos externos del pensamiento
gnóstico, así como perseguidos sus autores, a menudo sólo se conservaron
algunos pasajes de los doctores gnósticos, citados por los Padres de la Iglesia en sus refutaciones. La interpretación que estos hacían era lógicamente parcial, así como sus tendenciosas y calumniosas narraciones de los rituales gnósticos.

El descubrimiento en Diciembre de 1945, en el promontorio de Nag
Hammadi, de una biblioteca gnóstica completa, ha dado la posibilidad de
conocer el pensamiento gnóstico directamente de sus autores, que
probablemente habían escondido estos textos para evitar su destrucción. De los textos resulta claro lo que acerca del principio del siglo II habían afirmado los esoteristas, que la Gnosis era una síntesis y suma del pensamiento iniciático tradicional y no una herejía cristiana. Aparte de cualquier diferencia y
contradicción aparente de doctrina, derivada de la vía personal de cada autor, el Gnosticismo es en la práctica una actitud existencial totalmente particular, es decir, un tipo especial de experiencia metafísica verídica y por lo tanto superior a la fe de las religiones y a los argumentos de la filosofía, por medio de la cual el hombre puede unirse a la sabiduría primordial, fuente y fundamento de las religiones y de la filosofía. Es propio de este conocimiento integral que sobrepase a todas las formas de conocimiento parcial, en cuanto existe una universalidad asombrosa de ciertos símbolos y mitos. La realidad es que el Espíritu humano reacciona de la misma forma ante las mismas condiciones, por lo que no es extraño encontrar siempre las mismas aspiraciones, aún sin tener en cuenta la realidad de la tradición universal, conservada siempre en los centros iniciáticos.

La caída de los grandes mitos en los siglos XIX y XX, así como la
universalidad y el gradual ascenso del progreso y de la evolución, la igualdad
espiritual de los hombres, la fe en la bondad natural del ser, está llevando a la
humanidad, en su eterno ciclo, a la interiorización espiritual, a la verdadera y
última libertad: al individuo que libremente busca su Uno. Muchos se vuelven
hacia la espiritualidad oriental (Budismo-Hinduismo-Sufismo) y con ellos nos
sentimos íntimamente unidos como hermanos en la búsqueda común; otros
buscan las raíces de la propia espiritualidad occidental y esto es lo que la
Ecclesia Gnóstica busca en la Gnosis pre y cristiana, en su enseñanza, sus
rituales y su praxis, en cuanto cree que en nuestros genes y en nuestros zigotos occidentales están las huellas verdaderas del cristianismo primitivo, como expresión nueva en la síntesis actual de la tradición antigua.
Nuestra representación moderna de la Gnosis es de todos modos
expresión de una tradición nunca apagada, que se injerta sobre nuevos
fermentos modernos de renovada vida espiritual y de una aspiración unánime
hacia la recuperación de la pureza original del mensaje evangélico y de sus más antiguas fuentes, como resultado de todos los testimonios de la época o
ligeramente posteriores, y no solamente de los aceptados en los considerados
Evangelios canónicos. Lo que queremos representar aquí no es una reseña
sintética de las doctrinas de una gran cantidad de corrientes y escuelas
gnósticas, sino que intentamos dar, de la Gnosis y del Gnosticismo, una visión
más que externa, del interior y de la voz de los propios gnósticos. Los tiempos
parecen maduros en el movimiento circular de toda temporalidad para
transmitir dentro de los límites consentidos del secreto iniciático, los
fragmentos de cuanto nosotros hemos captado directamente de las fuentes
mismas, acerca de las enseñanzas y las disciplinas gnósticas, así como de
aquellas que nos han sido transmitidas por los que estaban investidos de forma válida.
"Sin embargo hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez,
y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Mas hablamos sabiduría de Dios, en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios
predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los
príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían
crucificado al Señor de Gloria." Corintios (Carta I, 2, 6/8)

Gnosis proviene del griego e indica el Conocimiento, pero no el conocimiento profano, que no va más allá de la información; pues se trata de un conocimiento superior y puro que presupone unión, comunión, es decir,
identificación entre el que conoce y lo conocido, por lo que conocer es ser.
Un Conocimiento por lo tanto independiente de toda forma particular de
saber del cual sin embargo constituye la esencia y, precisamente por esto,
trasciende todas las formas del saber, teniendo sus raíces profundas en el
corazón mismo del hombre. Así pues se puede decir que siempre ha existido
como aspiración natural en lo más profundo del ser hacia la realización, hacia la perfección.

Es un Conocimiento que (superando en gran manera el plano racional)
tiene el poder de universalizar al hombre mediante la comunión mística de su
yo individual con el Sí mismo universal. En el concepto gnóstico, Gnosis es
inseparable de Sophia, es decir, un Conocimiento-Sabiduría divina, recompensa para los iniciados solitarios, para los cuales, más que conocimiento en el verdadero sentido del término se trata de una revelación directa, secreta y misteriosa. Es un hecho, que las distintas y variadas escuelas y corrientes gnósticas han afirmado siempre ser poseedoras de Escrituras y Enseñanzas, cuyos orígenes eran sobrenaturales; los gnósticos cristianos después de los primeros siglos de nuestra era estaban convencidos de estar enlazados por vías misteriosas con las enseñanzas secretas de Jesús, dadas en privado a sus discípulos.
Entendida así la Gnosis, presupone por consiguiente una transmisión
ininterrumpida de enseñanzas secretas y misterios, reservada a una reducida
esfera de elegidos, los Espirituales o Neumáticos.

En realidad, en la concepción gnóstica, a la masa de los Hílicos y Psíquicos (= los durmientes o carnales, que son la mayoría de la humanidad) de factura demiúrgica (el Demiurgo: el dios inferior, torpe y ciego) se oponen los Neumáticos o Espirituales, es decir, los gnósticos, los perfectos, los cuales
(aunque también nacidos en la carne) renacen mediante el conocimiento
catártico en espíritu y por eso son los nacidos dos veces: los verdaderos
vivientes. Los Hílicos y los Psíquicos, conscientes de su realidad esencial,
ocupan en la economía cósmica un puesto ínfimo, algo sin trascendencia en el
esquema de la Tradición ( = el Reino de Dios que caracteriza el nivel superior,
para el que Jesús afirmaba que la entrada a dicho Reino está prohibida a
cuantos no hayan nacido dos veces, objetivo y meta de toda criatura y de todas las iniciaciones). Asimismo los Hílicos y los Psíquicos tienen latente en ellos el despertar y por ello la posibilidad de trabajar sobre sí mismos para regenerarse y poder así formar parte de esta élite o aristocracia espiritual.

En Oriente el término sánscrito que corresponde a Gnosis es Vidya, que
al mismo tiempo indica ver y saber; y si ver es el medio principal en el orden
sensible para saber, en el orden invisible, o intelectual puro, se trata de un saber asequible por medio de una visión interior, lo que equivale a "iluminación
interior." Los Hindúes la llaman Yoga ( = unión) y el esoterismo cristiano "el
Cristo en nosotros" y en el mundo precristiano de los Misterios indicaba la parte más alta de la enseñanza esotérica, la cual es identificable con la Doctrina Secreta, Tradición o Religión Una, que con diversos lenguajes y bajo los más variados velos era dada en símbolos a la masa y transmitida de boca a oído en la cadena iniciática de todos los tiempos y lugares. Cualquiera que sean los rasgos característicos en los que la Gnosis se exprese en las distintas épocas, su posición de fondo es siempre una actitud existencial, una experiencia interior de la que procede y se manifiesta, por lo que si el saber racional puede ser objeto de una didáctica, la Gnosis o experiencia interna es un hecho exquisitamente íntimo e individual, en el que la Verdad se muestra cara a cara sin intermediarios. Es precisamente por este carácter suyo de experiencia viva por lo que la Gnosis manifiesta su verdad original y se hacen posibles las vías de acceso hacia el mundo interior, por lo que puede ser también definida como una ascesis gradual para el contacto directo y comunión con lo divino, que está en nosotros y alrededor de nosotros.
Por eso frecuentemente los textos herméticos la llaman devoción interior
que lleva a la contemplación o visión de Dios mediante los ojos del corazón y es precisamente por estas razones, exactamente por esta naturaleza suya, por lo que es indecible e incomunicable. Es precisamente el secreto inefable de todas las Tradiciones y de la Tradición Única, por lo que alguien prohibió difundirlo debido a que es inexpresable.

Soro escribe acerca de la Gnosis como el conocimiento directo e
inmediato de los Misterios de Dios, Misterios que deben permanecer ocultos
para el hombre común y que son revelados a algunos por medio de la
comunicación directa con lo divino. Este Conocimiento directo es en la práctica
una experiencia viva, que tiene el poder de hacer al hombre consciente de su
verdadera realidad, de tal forma que le hace encontrar su auténtica dimensión
(la divina); Conocimiento análogo a experiencia viva, mediante la cual, en el
curso de una iluminación (que es al mismo tiempo regeneración y divinización)
el hombre vuelve a conocerse tal como es verdaderamente y por lo tanto a
encontrarse en su auténtica realidad con la consiguiente certeza de que él (por
dolorosa y mísera que pueda ser su condición presente) siendo por esencia y
por naturaleza de estirpe divina, es por ello mismo inmortal y destinado desde
el comienzo de los tiempos a heredar el Reino.

El drama del hombre consiste en su actual existencia (del latín existere, es
decir, estar fuera), en inclinarse hacia abajo constriñéndose su alma en un
cuerpo hecho de carne y de ignorancia (= el instrumento creado por su
consciencia para poder experimentar la dimensión material). Es precisamente
esta ignorancia suya de la propia esencia real y destino la que lo lleva poco a
poco a identificarse con el cuerpo, es decir, su naturaleza inferior, lo cual le
induce a considerarse el producto finito de la evolución natural (simplemente y
nada más que un animal superior), en vez de colaborador e instrumento de
Dios para la construcción de nuevos cielos y nuevas tierras (= el Reino de Dios
en lo físico). Verdad es que la consciencia para individuarse, y obtener experiencia de nuestro plano, ha debido necesariamente crearse un vehículo físico, encerrándose en una forma en la que se encuentra velada y como aprisionada; ha sucedido pues - a causa del poder de dicha forma - que su naturaleza esencial ha sido olvidada y la consciencia ha resultado como si se hubiese dormido en ésta su aparente separación de la Unidad.
Por lo tanto la meta de la Gnosis (y de cualquier iniciación auténtica) es
el despertar para una reconquista de la propia naturaleza y esencia olvidada; y hacer posible el despertar significa encontrarse en la propia plenitud y dignidad integral: es un encontrarse para reconquistarse y ser aquello que en el fondo hemos dejado de ser, porque igualmente hemos perdido la consciencia.

Es esta incomprensión formal de su verdadera realidad (perfecta y
completa más allá de nacimiento/muerte/placer/dolor) la que empuja al
hombre no despierto a la continua y afanosa búsqueda de la perfección y de la
integración en la dirección equivocada hacia el exterior, realizando
proyecciones mentales y persiguiendo espejismos ilusorios, prolongando así
indefinidamente su situación trágica actual.

En lenguaje gnóstico conocimiento (Gnosis), regeneración, liberación y
adivinación son asimilables, en cuanto medio y fin son inseparables, ya que la
liberación de lo finito, de lo condicionado, de la necesidad, del sufrimiento y de
la muerte, es el fruto de este conocimiento salvífico, el cual al transferirse sobre el plano existencial puede romper todos los lazos y límites por el hecho mismo de disipar la ignorancia (= causa primera y última de nuestra permanencia en la deficiencia y en la prisión de lo limitado) y así mostrar las cosas en su luz verdadera. En virtud y gracia a esta toma de consciencia, el hombre llega a desvincularse de los lazos condicionantes del mundo y se libera finalmente, por lo que (aún quedando anclado al mundo) no está condicionado nunca más, ya que desde ahora es un ser esencialmente completo, integrado en sí mismo por el hecho mismo de que se ha dispersado en él la ilusión de la separatividad e identificación con el cuerpo y así percibe todas las cosas como Una, ya que fuera de la Unidad nada puede existir para él y todos los hombres y las cosas que le circundan no son más que las diferentes formas o aspectos del Uno.

Este Conocimiento Salvífico es ante todo una actitud existencial, una
praxis de la vida que implica a todo el ser y lo realiza dignificándolo, y que en
todos los tiempos puede ser identificado con la Tradición Perenne, o también
con aquel filón de pensamiento que ha impregnado todas las concepciones
religiosas, filosóficas y míticas de todas las tradiciones parciales, si bien ninguna puede reivindicar su posesión exclusiva. Es en este Conocimiento integral (= Gnosis) donde han tenido origen todas las religiones o filosofías particulares por lo que se puede considerar la fuente común de los diversos esoterismos religiosos, los cuales necesariamente se expresan en las distintas culturas y épocas por medio de las grandes religiones esotéricas, de las cuales forman la esencia básica.

La Gnosis como conocimiento vivo, puesto que es expresión
experimental de la Vida Divina, está en la base y opera de formas diferentes en todas las religiones y filosofías religiosas. Durante milenios, desde el amanecer de la civilización y bajo todos los cielos, los hombres han tratado de dar respuestas a su agnosis preguntándose sobre el por qué de su ser, de su origen y de su destino.

Muchos han sido los Maestros que han llevado mensajes y la masa en
general ha acogido con entusiasmo esos mensajes y también se ha esforzado en burlarse de ellos, pues en el fondo su ánimo está siempre sujeto a la duda, con la sensación de que también las respuestas a estos no han sido tan completas y profundas como parecían haber tenido que ser en su origen; la masa reemplazó con el tiempo la duda por la confianza en otros y se privó de una experiencia directa. Es cierto que la mayor parte de las religiones han sido de gran ayuda (si no degeneran en superstición y fanatismo con la consiguiente división de los hombres entre si) mientras la humanidad estaba en un estadio por así decir infantil, pero cuando creció y se hizo adulta no pudo contentarse más con verdades a medias o incompletas, o impuestas de cualquier forma, o proviniendo del exterior; ocurrió que en cierto momento de su desarrollo el hombre advirtió que debía conquistar por sí mismo la propia verdad y certeza, que debía encontrar por sí mismo la luz.

Y la Gnosis es precisamente la experiencia interior de esa Luz; es el
estado en el que el pensador piensa él mismo, la vida vive ella misma.
Es solamente mediante la Gnosis por la que el hombre puede abrir un
paso en su prisión y liberarse en cuanto toma consciencia de cómo es realmente; de cómo ha sido producido, de su origen y de su verdadera naturaleza: se conoce o mejor se reconoce a sí mismo bajo las más variadas denominaciones y expresiones. Se ha demostrado en las más recientes investigaciones y a la luz de los últimos descubrimientos arqueológicos que la Gnosis es un fenómeno religioso que se pierde en la noche de los tiempos, y el Cristianismo no es más que la representación sintética y sincrética de las creencias que ya profesaban por ejemplo los chinos cuatro mil años antes. Gnosis en efecto es un término precristiano como precristiana es la esencia (como suma de todas las enseñanzas iniciáticas de los Santuarios) que confluyó en el Cristianismo, del cual constituye su esencia interna. Ella es en verdad la Tradición Sagrada de todos los tiempos, transmitida como Ciencia integral por los Colegios Iniciáticos de Oriente y Occidente, y no una herejía del Cristianismo. La Gnosis de lo siglos I y II de nuestra Era fue el resultado de un encuentro y fusión de la Nueva Religión en medio de todas las corrientes de ideas y de sentimientos religiosos del pasado.

Este Conocimiento tuvo su inicio apenas el hombre tomó consciencia de
su Realidad esencial; pero el término Gnosis como búsqueda interior le viene
del mundo helenístico y especialmente de las Religiones de Misterios y de
aquellas formas de religión personal en las que estaban fusionados elementos
orientales y griegos. En el mundo griego precristiano, Gnosis designaba
también las enseñanzas secretas y transcendentes impartidas por los filósofos
en las sesiones esotéricas de sus escuelas y por ello igualmente Doctrina Secreta, la cual (sintetizando las distintas corrientes indo-egipcias con el helenismo) se sincretizó en las antiguas fórmulas "Conócete a ti mismo" y "Dios en nosotros y nosotros en Dios." Sucesivamente el hebreo Felone injertó la filosofía platónica en el vetusto tronco del esoterismo hebraico, haciendo así del Neo-platonismo el centro de polarización de todas las doctrinas secretas que habían venido desde distintas fuentes a saturar de pensamiento místico el clima alejandrino y por tanto, en la víspera inmediata del apostolado cristiano. La Gnosis estaba preparada para efectuar la síntesis de todas las iniciaciones precristianas, la suma de todos los conocimientos sobre los Misterios de Dios, del hombre y de la naturaleza, en suma, la Tradición Sagrada, transmitida desde los monasterios tibetanos, a través de los colegios iniciáticos caldeos y egipcios, a la comunidad interna de Israel y a la Academia filosófica de Grecia, la Ciencia Integral, elaborada a través de todas las escuelas secretas de Oriente y Occidente, la colección general, en fin, de los elementos y de los valores de los cuales el Cristianismo inminente debía hacer la revisión y la síntesis para una Doctrina Única. 

El Cristianismo habría debido ser la presentación o mejor la representación de la Única Religión que (con distinto lenguaje y bajo diferentes velos) habían
enseñado los Grandes Instructores reunidos y colegiados, en forma de un
cuerpo sintético (Alfa y Omega de todas las doctrinas precedentes) que
resumiese y unificase en una nueva enunciación más actual y viva para ofrecer a la humanidad afligida de aquel tiempo una Buena Nueva o Anuncio de
Justicia y de Amor. La Gnosis es pues el preludio y la preparación del
Cristianismo y en verdad el Cristianismo de los orígenes no es más que la
Gnosis antigua adaptada a los nuevos tiempos. Hablando de Gnosis en el sentido que le fue asignado hace veinte siglos, es oportuno tener presente que se refiere aquí a una tradición derivante, distinta de la predicación de los Evangelios, de tradiciones precedentes, que proviene de las más variadas fuentes; y de hecho la Gnosis es de todos los tiempos y lugares por encima de todo credo y filosofía particular, por lo que el Cristianismo es considerado una de sus variantes doctrinales y sacramentales. Refiriéndose así a la Gnosis Cristiana debemos considerarla como la introducción (dentro del Cristianismo) de todas las especulaciones teogónicas y cosmológicas que han formado la parte prevalente de las antiguas Religiones del Oriente y que los neoplatónicos habían adoptado en Occidente. También las fuentes primitivas de la Gnosis cristiana tuvieron su origen en el momento de la deportación de Israel a Babilonia, donde algunos de los más iluminados Rabinos asimilaron la doctrina secreta que los Magos Persas habían tomado de los Vedas y condensado en el Avesta (Zend = conocimiento y Avesta = libro que transmitido después oralmente se manifiesta en la Escritura Bíblica / = el Libro del Eclesiastés, los Libros de Daniel y de Enoch). Depositarios de esta tradición fueron en los siglos I y II ante de J.C. los Esenios, de los cuales precisamente la recibe Jesús, que llegará a ser luego el Cristo.

El Maestro enseñó a Juan, el discípulo predilecto, la parte más trascendente de la Doctrina que se revela en el cuarto Evangelio. En efecto, mientras que los tres primeros Evangelios canónicos cuentan la vida externa de Jesús, el cuarto dice lo que El es en sí mismo y en el seno del Padre. No se trata de la historia del hombre llamado Jesús, sino la historia simbólica del Hijo de Dios, el Verbo eterno en el que está oculto el Misterio del Cristo y del Reino: así los primeros tres Evangelios son para todos y el cuarto está reservado solamente a los iniciados.

En su origen el Cristianismo asumió todos los caracteres de una orden
iniciática, con los tres grados de Oyentes, Catecúmenos y Fieles, esto es, un
noviciado que una vez terminado se pasaba al orden de catecúmenos, es decir, al vestíbulo del Templo, a las ceremonias, y por último participando como fielesy entrando en el Sancta Santorum. El Gnosticismo fue la adaptación de la Gnosis a los distintos sistemas y corrientes filosófico-religiosos en épocas diversas, por lo que se pueden considerar como gnósticos todos aquellos que profesaron la Gnosis desde los tiempos más remotos; pero después del principio de nuestra era, tal término fue usado para indicar aquellos movimientos que en la Iglesia Cristiana naciente (en la mitad del siglo primero) enseñaron junto con la enseñanza del Maestro    Jesús la síntesis de la Gnosis precristiana.

Pablo fue un iniciado de la Gnosis precristiana y también un divulgador
independiente, con su propia gnosis interior madurada en los contactos con el
pensamiento de las escuelas internas así como de la comunidad gnóstica
externa. El no predicó el Jesús histórico, sino el Cristo místico, que es el misteriobásico de la Gnosis.
Sus epístolas tienen intercalados conceptos y términos de los que no se
encuentran trazas en la tradición del Cristianismo ortodoxo, sino que son, al
contrario, fundamentales en la transmisión de la Gnosis. El cuadro que
presentan las Epístolas de Pablo se refiere a la anatomía oculta del hombre y
otras cosas propias de un gnóstico independiente que ha realizado la
iluminación interior y que se encuentra en contacto con las ideas de las Escuelas Gnósticas por un lado y las distintas especies de comunidad externa por otro (= la Sinagoga de los Hebreos ortodoxos y la comunidad externa de los Esenios) con la característica del ambiente original en el que precisamente surge el Cristianismo histórico, que era entonces un modo de vida y no un dogma. Fue debido a la obra de Pablo que el Cristianismo se difundió como una
mancha de aceite y la explicación de tal prodigiosa difusión entre los paganos
se debe al hecho de haberse propagado hasta Alejandría, cuna del Neoplatonismo, donde se reunieron todos los exponentes mayores de la
inteligencia de la época, la Nueva Palabra fascinó las almas porque los sabios
reconocieron la continuación de la Gnosis perenne, por la cual la filosofía de
Platón se fundía en la tradición esenia y de esta ósmosis entre la rosa y la cruz
floreció el Cuarto Evangelio.

En realidad los Evangelios constituyen una biografía del Jesús histórico
encuadrada en el esquema del ritual iniciático, en los que se han omitido a
propósito todos aquellos particulares personales irrelevantes respecto al
esquema mismo de manera que todas las partes del Evangelio tienen un
significado oculto universal.
Desgraciadamente la Gnosis ha sido vista durante mucho tiempo como
una degeneración del Cristianismo original cuando por el contrario
precisamente los gnósticos, y únicamente ellos, fueron los verdaderamente
originales, por lo que el Cristianismo, que nos ha llegado con su aparato
eclesiástico y su estructura política, debe ser considerado una distorsión y una
degeneración de la Gnosis Esotérica.

La mayoría de los estudiosos tienden hoy y con razón, a distinguir entre
una primera fase precristiana que va desde el amanecer de los tiempos del
Oriente helenizado o romanizado (en el que se comenzaron a difundir y afirmar
en cada vez más amplias esferas intelectuales y religiosas ciertos conceptos
gnósticos, que sin embargo no estaban aún articulados como para constituir un verdadero y propio sistema orgánico) y una segunda fase sucesiva que va desde el inicio de nuestra Era a los primeros siglos del Cristianismo naciente, cuando surgieron las primeras comunidades gnósticas con doctrinas y culto precisos. Sin embargo (contemporánea a la gnosis cristiana y con ella entrelazada) encontramos en los primeros siglos de nuestra Era una Gnosis pagana, y los contactos de aquella con los movimientos cristianos que acababan de afirmarse fueron mucho más estrechos incluso que los lazos entre los cristianos primitivos y el Cristianismo ortodoxo de nuestros días.

lunes, 2 de noviembre de 2015

RESEÑA HISTÓRICA DEL RITO

Richard RACZYNSKI
Actas del Simposio sobre el Rito de Menfis-Mizraim
Versalles, 30 de mayo 2009

Comencé por la muerte del escritor Pierre-Maurice MARIE, llamado Pierre MARIEL (1900-1980), leyendo, sobre el Rito de Mizraim, El más perturbador enigma de
La Masonería francesa (La plus troublante énigme de la Maçonnerie française).

Para destruir esta falsa idea, sería oportuno analizar brevemente al pasado, justo en el momento previo a la aparición de los Ritos de Menfis y de Misraim, para referirme a eso podría calificarse como de signos «anunciadores»; o sea, de «preliminares».

 LOS PRELIMINARES

No podemos evocar la historia de los Ritos Masónicos de los hermanos BÉDARRIDE (para Mizraim) y de MARCONIS de NÈGRE (para Menfis), sin hablar de la influencia que se expandió por doquier de un Egipto legendario y misterioso, aún presente en ciertos Rituales muy antiguos, con grandes reminiscencias faraónicas.

Los relatos sobre viajes por Egipto culminan en el Siglo de las Luces con Corneille de PAUW (1739-1799), y sus Investigaciones filosóficas sobre los egipcios y los chinos (Recherches philosophiques sur les Égyptiens et les Chinois, 1794); con el orientalista Claude-Étienne SAVARY (1750-1788), y sus Cartas sobre Egipto (Lettres sur l’Égypte); con el Conde de VOLNEY (1757-1820), y sus Viajes por Siria y Egipto (Voyages en Syrie et en Égypte, 1783); y con el Barón VIVANT-DENON (1747-1825), y su muy ilustre Viaje por el Alto y Bajo Egipto durante las campañas del General Bonaparte (Voyage dans la Basse et Haute-Égypte pendant les campagnes du général Bonaparte, 1802).

Hulton Archive/Illustrated London News — Getty Images
Antes de seguir con este ineludible aporte documental, nacido durante una campaña militar, hay que mencionar que el primer explorador censado, Pedro TAFUR de SEVILLA (1410-1487), pese a que algunos le refieran nacido en Córdoba, partió en solitario, entre 1436 y 1437, época en la que los pelegrinos cristianos empezaron a aventurarse por la geografía del Valle del Nilo, para realizar viajes destinados al descubrimiento de vestigios arqueológicos en el Alto Egipto; aunque sólo el
naturalista y farmacéutico francés Pierre BELON (1517-1565), ya en pleno siglo XVI, será su único continuador, con el relato de sus de viajes, publicado en 1553: Viaje al Levante, observaciones de varias singularidades y cosas memorables encontradas en Grecia, Turquía, Judea, Egipto, Arabia y otros países extranjeros (Vayage au Levant, observations de plusieurs singularités et choses memorables trouvées en Grèce, Turquie, Judée, Égypte, Arabie et autres pays étrangers).

Pese a todo, o a causa de estos primeros aportes científicos, las leyendas vehicularon fantasmas y proyecciones que nada tienen que ver con la realidad. Así, nace una Egiptomanía secreta, oculta y muy extendida en sus primeros tiempos, que desata un acercamiento puramente intelectual, literario y especulativo, que hunde sus raíces en Italia. En este contexto, cabe destacar al Duque Cosme de MÉDICI (1389-1454), llamado el Guardián de Italia; quien propagará a su alrededor los textos de Hermes TRISMEGISTO, ensayando, de hecho, un verdadero renacimiento de una forma de Gnosis Primordial, junto a Ludovico LAZZARELLI, Adepto y practicante del llamado Misterio de la Regeneración, tal como le cita Dominique de LAGAYE en sus escritos sobre la Ogdóada (2009).

Fasti christianae religionis

Este mismo Hermes TRIMEGISTO es el que fue representado, al lado de Moisés, en un mosaico del artista Giovanni di STEFANO (1394-1451) trazado en el pavimento del Domo de Siena. El profesor de Filosofía medieval Eugenio GARIN (1909-2004) se inspiró en ello para ilustrar su teoría sobre la preeminencia de Hermes frente a Moisés en las aulas de la Escuela Normal de Pisa y, después, en las de la Universidad de Florencia.

Como se constata, hay dos grandes ejes de influencia o de condicionamientos: el primero, que se inspira en el desarrollo histórico-artístico (con connotaciones románticas); y el segundo, que toca la esencia del Hermetismo y sus prolongaciones en el seno de las llamadas estructuras iniciáticas.

Este segundo aspecto se ha tratado y desarrollado en los distintos cursos de este Simposio, por lo que me contentaré con recordar que el Hermetismo ha sido la base de una Doctrina filosófica y literaria conocida después del Antiguo Egipto y que, con el paso del tiempo, también ha servido de inspiración a otras Doctrinas; como es el caso de la Alquimia y de la Gnosis.

La concreta atracción por los jeroglíficos y sus contenidos sagrados, según una visión metafórica, se inició con Los jeroglíficos de Horapolo (Les Hiéroglyphes d’Horapollo, traducido al francés por Jean-Baptiste REQUIER, en 1779), texto que está desarrollado en dos tomos; conteniendo ciento ochenta y nueve explicaciones de jeroglíficos egipcios. Este texto fue descubierto en 1422, en la isla griega de Andros, integrada en las Cícladas, y enviado a Florencia por el religioso Cristoforo BUONDELMONTI (1386-circa 1430), célebre por su gusto por los viajes y por la Antigüedad.


Hacia finales del siglo XV, el texto se propaga entre los humanistas del Renacimiento, influyendo en El sueño de Polifilo (1467), del monje dominico Francesco COLONNA (1433-1527). Una primera edición, aparecida en 1505, marca los objetivos; permitiendo una relectura egipcia de los emblemas (Emblemata), en 1534, de la mano del escritor Andrea ALCIATO (1492-1550), lo que abre el camino a numerosos eruditos que se incorporarán a este nuevo y productivo campo de la investigación arqueológica, tal como hizo el médico holandés Johannes GOROPIUS BECANUS (1519-1572) en el siglo XVI.

 Esta tradición egipcia fue revisada y puesta de moda, tras la Academia Platónica de Florencia, por el poeta, filósofo y astrólogo Marsilio FICINO (1433-1499), traduciendo del griego al latín, en 1471, catorce de los quince tratados del Corpus Hermeticum (nombre que se puso al conjunto de textos, manteniendo su vinculación con los diálogos filosóficos atribuidos a Hermes TRIMEGISTO). Su gran influencia se manifiesta en el pensamiento neoplatónico; que hace de Hermes TRIMEGISTO un antiguo rey de Egipto, un soberano dios de la Revelación y de la Palabra y uninventor de todas las Ciencias. Fue Hermes el que encerró todos los secretos en sus enigmáticas obras; ya descritas por Clemente de ALEJANDRÍA, uno de los Padres de la Iglesia.

En la época barroca, Athanasius KIRCHER (1601-1680), grafólogo, políglota y orientalista, publicó en 1652 su obra mayor sobre la Filosofía y la Egiptología: OEdipus Ægyptiacus. Considerado por algunos como el padre de la Egiptología, este jesuita alemán se interesó por el complejo origen de las lenguas, estimando (erróneamente) que los signos jeroglíficos sólo eran símbolos. Fue necesaria una campaña militar en Egipto y el descubrimiento de una estela por el capitán Pierre-François-Xavier BOUCHARD (1771-1822), para que el joven Jean-François CHAMPOLLION (1790-1832) pudiera descifrar, por primera vez, los textos; haciendo su informe sobre el alfabeto egipcio el 17 de diciembre de 1822.


 Pero, lo que nos ha llegado de Egipto, a través de diferentes testimonios, nos ofrece una visión muy distinta de la realidad arqueológica e histórica del País de las Dos Tierras. De las numerosas pistas y de su particular desarrollo, nos movemos entre la fantasía y la realidad. Así, se nos dice que THOTH-HERMES es el fundador de una religión hermética, que se relaciona con la Astrología, con la Alquimia transmutatoria de ZOSIMO de Panópolis, con la Gnosis y con el Hermetismo; una suerte de «Religión sin Templos», vehiculada por la acumulación de Saberes mezclados con Magia y con el culto a ISIS y a OSIRIS.

Un siglo después de KIRCHER, el abad Jean TERRASSON (1670-1750), hombre de letras, profesor de Filosofía griega y latina en el Collège Royal y miembro de la Académie des Inscriptions en 1707, publicará una novela, evocadora de las tradiciones iniciáticas del Nilo, con el título: Sethos ou Vie tirée des monuments et anecdotes de l’ancienne Égypte (1728).

Esta obra influyó considerablemente en la Historia de la Masonería, e incluso en algunos aspectos artísticos. Parece seguro que Emanuel SCHIKANEDER (1751-1812), libretista de la Flauta Mágica, y Wolfgang Amadeus MOZART (1756-1791), compositor de la ópera estrenada en Viena, en 1791, se inspiraron en esta obra. De hecho, en la obertura, cuando el joven Tamino es atacado por una serpiente, no se hace otra cosa que incorporar a la trama la primera prueba que debe afrontar Sethos en la novela de TERRASSON.

Esta influencia perdura con Gustave FLAUBERT (1821-1880), quien se inspira para crear, en 1862, su Salambó, novela que entronca con la historia de los faraones. El 26 de julio de 1857, FLAUBERT confió a Érnest FEYDEAU la siguiente reflexión: «Acumulo notas sobre notas, libros sobre libros […]. Para que un libro enseñe laverdad, es necesario borrar por completo lo que está escrito en él. Sólo entonces, se alcanza su comprensión con total naturalidad».

Johann Wolfgang von GOETHE (1749-1832), en la línea de la literatura surgida del Romanticismo Alemán, no será insensible a este exotismo de las pirámides y de los misterios; tal como se aprecia en los textos que escribe en septiembre de 1789, durante su segunda estancia en Roma. Johann Christiph Friedrich von SCHILLER (1759-1805) se interesa por los Ritos iniciáticos egipcios en su ensayo Die Sendung Moses (1791). Friedrich Leopold von HERDENBERG (1772-1801), que es conocido con el seudónimo NOVALIS, retoma el idealismo mágico, por medio del culto a ISIS, en su magnífica composición Los Discípulos en Sais (Les Disciples à Saïs, 1798).

El Sethos de TERRASSON no dejó insensibles a los seguidores del Esoterismo. Según el alquimista Pierre DUJOLS (1862-1926): «Todos los escritores de la Obra, lo recomiendan como indispensable para el estudio esotérico de las Iniciaciones egipcias y de los Misterios de Isis». En este mismo sentido, se expresa Oswald WIRTH (1860-1943): «El Ritual francés de los tres primeros Grados, fue progresivamente transformado para vincularlo a las iniciaciones descritas por el abate Terrasson».

A esta relación, conviene adjuntar la obra de Antoine-Joseph PERNÉTY (1716-1802), titulada Las fábulas egipcias y griegas interpretadas y reducidas a un único principio por la explicación de los jeroglíficos de la guerra de Troya (Les fables égyptiennes et grecques dévoilées et réduites au même principe par une explication des hiéroglyphes de la guerre de Troïe, 1758), que trata sobre las ciencias mágicas y la simbología de los antiguos; concerniendo a la Alquimia y a los elementos de la materia, a los jeroglíficos, a los mitos, a los dioses y a todas las representaciones simbólicas de la Antigüedad, incluido el estudio de la Filosofía Hermética.

El Mundo Primitivo (Monde Primitif), de Antoine COURT de GÉBELIN (1719-1784), miembro de la Logia Neuf Soeurs, es un verdadero sueño inacabado, que fue publicado en nueve tomos entre 1773 y 1782, como propuesta para restituir a la Humanidad a su estado primigenio de perfección.

 La profesora de literatura francesa Anne-Marie MERCIER-FAIVRE, en su obra Un suplemento a la Enciclopedia: El Mundo Primitivo, de Antoine Court de Gébelin (Un supplément à l’Encyclopédie: Le Monde Primitif, de Antoine Court de Gébelin; París, 1999), precisó el objetivo del pensamiento de este autor: «Persuadido de que todo es lenguaje y de que el mundo es, en sí mismo, una alegoría, ha buscado, a través de las raíces de las palabras y de las cosas secretas, un gran orden necesario y olvidado».

La Historia no ha recordado a Jean TERRASSON como Francmasón; pero tampoco ha evidenciado la anterior aportación, debida a André-Michel de RAMSAY, llamado Caballero de RAMSAY (1686-1743), quien había publicado en 1727 su Voyage de Cyrus, obra que inició una mitología orientada hacia la Gran Tradición.

En 1607, otra Fraternidad, la Rosa+Cruz, situó a Egipto en el centro de una etapa entre el Yemen y Marruecos, en relación al periplo iniciático de Christian ROSENKREUTZ, personaje legendario o real, según se mire, que ha tenido una importantísima repercusión en el ámbito espiritual.

De la Literatura a la Espiritualidad, pasando por la Doctrina, parece que se articula en base a una cronología muy similar a la ya referida. La aparición de los Ritos, que comúnmente son calificados de «viejos Ritos Iniciáticos de la Antigüedad», se mezclan la Cábala judeocristiana, el Hermetismo neoplatónico, el Esoterismo y las diversas Tradiciones caballerescas, reagrupadas tras estructuras de nombre exótico y misterioso, como, por ejemplo: Filaleteos, Filadelfos, Hermanos Arquitectos Africanos, Rito Hermético, Rito Primitivo, etc.

Los expedicionarios de la campaña de Egipto, embarcados en Toulon, el 19 de mayo de 1798, a las órdenes de Bonaparte, son, en su mayor parte, parecidos a Charles Le CHANGEUR, militar de la Armada de Oriente; quien fue uno de los futuros fundadores del Rito de Mizraim, que, hacia 1805, en Milán, creará el Supremo Consejo del Rito. Estos Francmasones habrían descubierto, según la leyenda, un grupo gnóstico-hermético superviviente en el Cairo y, después, una Masonería drusa en el Líbano.

De acuerdo a esto, la Real Orden del Silencio de los Arquitectos llamados Africanos (Ordre Royal du Silence des Architectes surnommés Africains), relacionada con el Rito de Crata Repoa (palabras que significan Fuerzas Subterráneas), fundado en Berlín, en 1760, por el Barón Carl Friedrich von KÖPPEN (1734-1797), bajo los auspicios del Emperador Federico II, El Grande, desarrolló una verdadera Egiptosofía (cf. el investigador letón Érik HORNUNG).

Von KÖPPEN escribirá en 1770, junto a Johann Wilhelm Bernhard von HYMMEN, Crata Repoa ou Initiations aux Anciens Mystères des Prêtres d´Égypte (Crata Repoa o Iniciaciones a los Antiguos Misterios de los Sacerdotes de Egipto), seguido de textos iniciáticos donde la acción se desarrolla en tierras egipcias. Este Rito fue desarrollado en Francia por el Francmasón alemán KHÜN, quien era un representante de comercio bilingüe próximo a Jean-Baptiste WILLERMOZ.

El Rito Adonhiramita, debido a la pluma de Louis-Guillemain de SAINT-VICTOR, conocido por DE GAMAINVILLE, se articula, de acuerdo a lo que él mismo nos refiere en su Preciosa recopilación de la Masonería Adonhiramita (Récueil précieux de la Maçonnerie Adonhiramite, 1787), tras una hipotética Filiación masónica egipcia. La palabra Adonhiram será utilizada en 1933, en Bélgica, como título para la revista oficial de la Orden Masónica Oriental del Rito Antiguo y Primitivo de Menfis-Mizraim (Ordre Maçonnique Oriental du Rite Ancien et Primitif de Memphis-Misraïm).

En 1933, Jean BRICAUD (1881-1934) trata, en sus Notas históricas sobre el Rito Antiguo y Primitivo de Menfis-Mizraim (Notes historiques sur le Rite Ancien et Primitif de Memphis-Misraïm), acerca de estas Masonerías del siglo XVIII que han sido denominadas ocultas: «El Rito de Menfis-Mizraim es el heredero de las Tradiciones masónicas del siglo XVIII, y es donde se custodian los sabios Principios, la Fuerza Moral y la Disciplina. Aquel tiene su origen en la Masonería Oculta de los Filaleteos de París, en los Hermanos Arquitectos Africanos de Burdeos, en la Academia de los
Verdaderos Masones de Montpellier, en el Rito de PERNÉTY de AVIÑÓN y, sobretodo, en el Rito Primitivo de los Filadelfos de Narbona».

En 1777, se abrió en la ciudad de Burdeos un Capítulo de la Orden de los Arquitectos Africanos; la cual, se estructura en siete Grados: Pastophoris, Neocoris, Melanephoris, Christophoris, Balahate (Maestro Filósofo), Astrónomo y Saphenath Pancah (Hombre que conoce los Misterios o Profeta).

Contrariamente, algunos escépticos, en la línea de François RIBADEAU DUMAS, tal como lo refiere en su Cagliostro: Hombre de Luz (Cagliostro: Homme de Lumière), sólo ven es este Rito teatralidad y falta de contenido iniciático; entendiéndose que no jugó un papel determinante. Por lo tanto, su relectura masónica, incorporando el mito de OSIRIS en el centro de su Ritual, les emplazaría en el seno de una determinada línea egipcia, que debe entenderse como de tipo iniciática; aunque hay detractores e historiadores que aún lo pongan en duda (a falta de pruebas y documentos que lo
clarifiquen).

Contemporánea a la Orden de los Arquitectos Africanos, el Sistema de Masonería filosófica o mística de los Filaleteos (Buscadores o Amantes de la Verdad), constituido en París, en 1779, por Charles-Pierre-Paul SAVALETTE de LANGES (1745-1798), quien, al parecer, desde 1773, se habría inspirado en la actividad de su Logia, Los Amigos Reunidos (Les Amis Réunis), y en sus trabajos alquímicos y teúrgicos, intentará en vano de atraer hacia sí a CAGLIOSTRO.

 Pero esta Masonería Egipcia, pronto fue puesta en sueños por el propio De LANGES; para evitar, así, que progresaran las pesquisas sobre los archivos de la Logia Los Amigos Reunidos, provocadas por la detención de CAGLIOSTRO por el Santo Oficio y su posterior proceso en Roma.

 El Rito Primitivo o de los Filadelfos, según refiere Jean BRICAUD, se desarrolló en Narbona, hacia 1780 (donde el padre MARCONIS de NÈGRE, con igual nombre, fue miembro del Taller), bajo la dirección del Vizconde de CHEFDEBIEN d’AIGREFEUILLE; aunque, ya desde el año 1759, mantenía una cierta estructura iniciática en Praga. El Rito fue establecido en una Logia fundada, el 27 de noviembre de 1779, por el citado Vizconde y sus seis hijos. La operatividad de esta Logia, y la de sus cuatro Capítulos, fue definitivamente instaurada el 19 de abril de 1780.

 Su Patente de Constitución precisa que se fundamenta en un Rito «poco conocido», pero «de un lejano origen, de cuando los antiguos Hermanos visitaron los principales Orientes de Siria y de la India; y de cuando éstos vieron de cerca al Gran Cofto, cubierto por su gran velo negro».

 El Rito Primitivo de Narbona, o Rito de los Filadelfos de Narbona, conoció un largo periodo de existencia, debido a su principal propagador, el Marqués François-Anne, Vizconde de CHEFDEBIEN d’ARMISSAN (1753-1814), uno de los hijos del Vizconde de CHEFDEBIEN. En concreto, la Logia de los Filadelfos estuvo viva hasta 1791-1792.

 En abril de 1805, el Marqués de CHEFDEBIEN solicitó al Gran Oriente las Cartas de Agregación. La Afiliación fue acordada por el Directorio de los Ritos, el 27 de septiembre de 1806; pero el Rito no tardó en desintegrarse.

 Muy poco o, mejor, casi nada hay en los archivos sobre esta Orden, donde los Rituales de Logia fueron transmitidos oralmente; por lo que aún están por censar y estudiar.

 Una Tradición hace retroceder la fundación de este Rito Primitivo a 1721; que, por entonces, estaba estructurado en siete Capítulos fundacionales, instalados en París, en los que los Masones no serían otros que los propios Caballeros que practicaron los Rituales de la Rosa+Cruz.


Ritos silenciados por la Gran Logia de Londres

El Rito de los Iluminados de Aviñón de Antoine-Joseph PERNÉTY (1716-1796) debe incluirse en un listado aparte, ya que no es un Rito propiamente masónico; aunque sí es definido como un Rito Hermético (Aviñón, 1774). Y es de esta forma como ha sido citado por numerosos historiadores de la Francmasonería, desde Jean-Marie RAGON de BETTIGNIES (1781-1862) a Jean BRICAUD.

 Este Rito Hermético o Rito Escocés de Aviñón, tras la Logia de Saint-Jean d’Écosse, será uno de las fuentes de la primera Logia Escocesa de Francia, estructurada en catorce Grados que finalizan con el Gran y Sublime Caballero de la Estrella Flamígera (l’Étoile Flamboyante). En realidad, este Rito se mantuvo dentro de la llamada Vía Alquímica.

 Pero hay que citar un anterior desarrollo de este Rito, debido a un ocultista versado en Alquimia, Raimondo di SANGRO (1710-1771), Gran Maestro de la Masonería Napolitana, noble, anatomista y académico. Este Rito fue implantado y expandido en Francia por Louis-Théodore-Henri, Barón de TSCHOUDI (1727-1769); y Charles GEILLE (nacido en 1753) se convertirá en el Gran Maestro «ad vitam» del Templo del Sol, en el seno de la Sociedad de los Filósofos Desconocidos (Societé des Philosophes Inconnus), que es otro nombre de la Estrella Flamígera (l’Étoile Flamboyante).

 El Ritual de esta Sociedad se inspira en una parte de los escritos alquímicos del escocés Alexander SETHON, llamado El Cosmopolita, formulados en el siglo XVI y recopilados por su discípulo, Michel SENDIVOGIUS (conocido con el anagrama Divi Leschi Genus Amo), con el título: Le Cosmopolite ou Nouvelle lumière chymique (1691). Se organiza en siete Grados. Forman la primera Clase, los tres Grados Azules; la segunda Clase, el Maestro Perfecto, el Perfecto Elegido y el Pequeño Arquitecto; y la tercera Clase, el Perfecto Iniciado de Egipto y el Caballero del Sol.

Este Rito parece el primer referente histórico que sirvió de base para la elaboración del Rito de Mizraim; y alguno de sus Grados ha sido adoptado por el Rito Escocés Antiguo y Aceptado y por el Rito de Mizraim.

 La Academia de los Verdaderos Masones de Montpellier parte de un Capítulo creado en 1778, en Aviñón, que fue transferido a Montpellier por el Marqués d’AIGREFEUILLE (1745-1818), primo de CHEFDEBIEN; y cuyos trabajos se centraron en el Hermetismo y en la búsqueda de la Panacea o Medicina Universal.
Además de lo ya citado, también conviene añadir a este listado los siguientes:


El Rito (o Grado, según RAGON) de siete Grados de los Perfectos Iniciados de Egipto (Parfaits Initiés d’Égypte), creado por el alquimista, astrólogo y cartomántico Jean-Baptiste ALIÈTTE (1738-1791), llamado ETTEILA (célebre por su Tarot Egipcio), fundado en Lyon, en 1785.

 El Rito de los Magos de Menfis, cuyo Ritual en francés partió del original en alemán, reeditado en 1928; y del que sólo se puede mencionar su breve existencia, entre 1790 y 1795.

En 1881, París vivió la creación de la Orden Sagrada de los Sofistas (Ordre Sacré des Sophisiens) a iniciativa de los antiguos oficiales de la Armada de Egipto, reagrupados por Jean CUVELIER de TRIE (1766-1824), basándose en un reclutamiento social y cultural muy exigente. Después, esta Orden se transformó en la Logia de los Hermanos Artistas (Frères Artistes) para recoger en París, en «La Gran Pirámide de Francia», la «herencia de los Misterios» traídos por la Expedición de Napoleón BONAPARTE, llevando la divisa «Cherche et tu trouveras» («Busca y encontrarás»). Este Rito fue colocado «bajo los auspicios de HORUS» y dirigido por un Gran Isiarca (Grand Isiarque).

El Cuadro de Miembros tras la fundación, que formó el Libro de Oro de 1819 (cf. BNF, Manuscrito FM415), estaba integrado por: Jean-Louis-Antoine REYNIER (1762-1824), General y Jefe del Estado Mayor en Egipto; Jacques-François de MENOU, Barón de BOUSSAY (1750-1810), General en Jefe en Egipto; Bernard-Germain-Étienne de LAVILLE-SUR-ILLON, Conde de LECEPÈDE (1756-1825), Gran Canciller de la Legión de Honor y Par de Francia; Gaspard MONGE (1746-1818), matemático
y miembro del Instituto de Egipto; y Charles THÉODAT, Conde d’ESTAING, General de División y Jefe del Estado Mayor en Egipto. Estos miembros también fueron muy activos en el Instituto de Egipto.

Por su parte, este Libro de Oro también ofrece explicaciones y algunas interpretaciones de ciertos jeroglíficos sobre los «Grandes Misterios» inherentes al Rito: el Fénix, la Esfinge, OSIRIS; y sitúa a la Alquimia en el corazón de su razonamiento, tal como se desprende del siguiente extracto: «El verdadero Iniciado en los Grandes Misterios de Isis se asocia a la Sabiduría Divina; es el Maestro del destino de la Humanidad; hace manar las fuentes de oro a su voluntad; y dirige la Vida, así como la Muerte». Esta Orden no parece estar activa después de 1820.

En todo caso, la actividad de esta Orden constituye una etapa decisiva en la aproximación de la Egiptomanía; en especial, con la repercusión y el desarrollo de la misma en el mundo de las Artes. En este sentido, hay que tener muy en cuenta a Aubin-Louis MILLIN (1759-1818), conservador del Departamento de Monedas y Antigüedades de la Biblioteca Nacional, profesor de Arqueología en esa misma institución y director del Almacén Enciclopédico; así como a Marie-Aléxandre LÉNOIR (1761-1839), medievalista, arqueólogo y administrador del Museo de los Monumentos Franceses, quien publicó La Franche Maçonnerie rendue à sa vèritable origine, desarrollando una herencia iniciática egipcia en los Grados del Rito Francés.

En ese ambiente, aparece en Toulouse, en Auch y en Montauban, en 1806, el Rito de los Amigos del Desierto (Rite des Amis du Désert), desarrollado en cuatro Grados: Iniciado de Menfis (Initié de Memphis), Iniciado de la Tebaida (Initié de la Thébaïde), Perfecto Iniciado (Parfait Initié) y Príncipe Iniciado (Prince Initié). Este Rito fue redactado por Aléxandre du MÈGE (1780-1862), arqueólogo inspector de los Monumentos Históricos y miembro de la Logia Napoléomagne, fundada en 1805, que, en 1814, se convertirá en la Logia La Concorde; e iniciador de la Logia Des Amis du Désert, que, luego, sería la Logia Madre La Souveraïne Pyramide, que, posiblemente, inspiró la fundación de la Logia Les Disciples de Memphis, bajo la supervisión de Gabriel MARCONIS de NÈGRE y de Samuel HONIS. Un Francmasón de nombre PAGÈS, será el Gran Soberano de este Rito Egipcio de cuatro Grados.

La anterior referencia a Raimondo di SANGRO,
Gran Maestro de la Masonería Napolitana, y de Louis-Théodore-Henri, Barón de TSCHOUDI, permiten traspasar los Alpes; y descubrir el epicentro de los Ritos Herméticos de connotaciones egipcias: Nápoles. Fue allí donde se realizó un completo y apasionante entramado que uniría los Misterios de Egipto, las pirámides y la Tradición: la herencia de la Antigüedad desde Los Jeroglíficos (Les Hiéroglyphes), de HORAPOLLO.

En 1747, trece años antes de la creación en Berlín de la Real Orden del Silencio de los Arquitectos llamados Africanos (Ordre Royal du Silence des Architectes surnommés Africains), el Príncipe di SAN SEVERO, Raimondo di SANGRO, constituyó una Gran Logia de la Masonería Napolitana, cuyo esfuerzo se centró en el desarrollo del Trabajo Alquímico, de la Magia y de la Transmutación. Todo ello es el fundamento de un futuro Rito Masónico de carácter pagano, que, posteriormente, se reivindicó como de tradición egipcia. Esta línea de investigación ya fue avanzada por Gastone VENTURA (1906-1981) en su interesante libro Los Ritos Masónicos de Mizraim y de Menfis (Les Rites Maçonniques de Misraïm et de Memphis, 1986).

Mario REGHELLINI de SCHIO, en su obra La Maçonnerie considérée comme le résultat des religions égyptienne, juïve et chrétienne, publicada en 1833, refiere que «un Círculo de masones egiptófilos, aficionados de la Alquimia y de la Teúrgia, practican el Rito de Mizraim».

Cuarenta y un años más tarde, en la ciudad de Nápoles, se produjo uno de los hitos fundacionales del Rito de Mizraim. Es por esa razón, que es difícil de no recordar la compleja personalidad de CAGLIOSTRO (1743-1795), el Gran Cofto; quien, en 1874, se manifiesta como el fundador del Rito de la Alta Masonería Egipcia (Rite de la Haute Maçonnerie Égyptienne), que, muy probablemente, es, en parte, el fundamento esotérico del Rito Egipcio de Mizraim (República de Venecia, 1788), al introducir las prácticas que tienen por objeto la búsqueda de la «inmortalidad espiritual». En todo
caso, estos acontecimientos quedan algo condicionados por los hechos y la cronología, pese a que Robert AMBELAIN (1907-1997) los da por buenos y ciertos en su obra Ceremonias y Rituales de la Masonería Simbólica (Cérémonies et Rituels de la Maçonnerie Symbolique), publicada en 1978.

Ciertamente, CAGLIOSTRO había sido iniciado en los Misterios de la Masonería por el marchante holandés KOLMER; pero fue en 1775, en Malta, que el Caballero Luigi d’AQUINO di CARAMANICO (†1793), hermano del Gran Maestro de la Masonería Napolitana, le confiere los tres Altos Grados Herméticos depositados en Nápoles, los Arcana Arcanorum, que son el lejano eco de una práctica iniciática que acontecía en el seno de los Misterios de la Antigüedad.

 En 1788, CAGLIOSTRO introdujo los Arcana Arcanorum en el Rito de Mizraim, bajo el nombre de Régimen o Escala de Nápoles; probablemente, en su Logia veneciana, ubicada en la población de Rovereto, en el Trentino-Alto Adigio (Tirol del Sur), y, en concreto, en el seno de un Círculo de Socinianos (seguidores del pensador y reformador italiano Fausto SOCINO (1539-1604)). Lo cual, nos conduce a una interesante cuestión: ¿Quizás estos hermanos procedían de la Logia Della Vitttoria, de Nápoles; que, luego, en 1806, se transformaría en la Logia José el Justo (Joseph le Juste), y, más tarde, en la Logia La Constellation Napoléon, para retornar, en 1812, a su título original? Para algunos, la Logia depositaria era de Nápoles; y no de Venecia.

 Gastone VENTURA, a propósito de los Arcana Arcanorum cita en su Cagliostro, un uomo del suo tempo, lo siguiente: «Vía alquímica interna, Vía de la Inmortalidad, adquirida en la Tierra por la constitución de un Cuerpo de Gloria». Pero los Arcana Arcanorum, en un principio, no traspasaron la frontera (para ser trabajados), si hacemos caso de lo que nos refiere Le Tuiléur de VUILLAUME, escrito en 1820: «Sabemos con certeza que estos cuatro Grados no han sido adoptados por el Poder que gobierna el Rito Egipcio en Francia».

En 1933, el belga Jean MALLINGER (1904-1982) precisará, por el contrario, que de los archivos del Rito de Mizraim que fue introducido en Bruselas entre 1817 y 1818 (con los Grados 87º, 88º, 89º y 90º del llamado Régimen de Nápoles, es decir, del Arcana Arcanorum), se desprende lo siguiente: «Hay un Retejador manuscrito sobre pergamino, con una escritura absolutamente idéntica al de otro documento fechado en 1778, que contiene los Arcana Arcanorum». Esta cita hace referencia implícita a RAGON, quien en su Tuiléur général (Collignon, París, 1861), menciona, a propósito del Rito de Mizraim (pp. 305-306), un «Retejador (Tuiléur) manuscrito sobre pergamino, de 1778».

En 1956, a consecuencia de una transmisión de archivos a PROBST-BIRABEN, MALINGER declaró lo siguiente: «Tengo o el manuscrito original (haciendo referencia a los Arcana Arcanorum citados por RAGON) o la copia directa de la época […], fechada en 1777 (luego, anterior a los hermanos BÉDARRIDE). También poseo el mandil […] y la banda original».

Pero volvamos sobre la personalidad del Conde de CAGLIOSTRO, de nombre Guiseppe BALSAMO, taumaturgo, alquimista y gran viajero, que habría revelado en Londres, bajo el nombre de Coston (o Cofton), los manuscritos inherentes a la práctica de un Rito Egipcio. En relación a su biografía iniciática, publica un Ritual de la Masonería Egipcia (Rituel de la Maçonnerie Égyptienne). Varios
extractos de este Ritual (comentados por el Doctor Marc HAVEN, según la edición de 1948) fueron publicados por primera vez en la revista La Iniciación (L’Initiation), entre 1906 y 1908.

El Sistema Masónico de CAGLIOSTRO ha sido llamado «De los Altos Grados»; y está abierto a los masones que ya sean Maestros, y que hayan cumplido los veinticinco años. Este Rito comprende cinco Grados. Fueron fundadas dos Logias Madre del Rito Egipcio: una en Lyon; y otra en Basilea, para los cantones suizos. Este Rito, que hizo recaer las iras del Vaticano sobre CAGLIOSTRO, no es cristiano ni anti cristiano; aunque es percibido como judío, en el preciso sentido de que abandona la referencia cristiana, al contrario de lo que sucede en todos los otros Sistemas Masónicos.

Para CAGLIOSTRO, el Ateísmo parece corromper la Masonería; por tal motivo, y paradójicamente, con la práctica de este nuevo Rito pretende un posible y deseable retorno hacia la fe. Robert AMADOU analiza esta percepción de la Masonería, haciendo de la Doctrina de CAGLIOSTRO una verdadera revolución iniciática: «El Gran Cofto pensó en la unicidad y en la unidad de Dios según la idea judeo-islámica» (extracto del artículo biográfico de CAGLIOSTRO, Dictionnaire de la Franc-Maçonnerie, publicado bajo la dirección de Daniel LIGOU; Presses Universitaires de France).


Para el desarrollo de su Rito, CAGLIOSTRO reintroduce el principio fundamental de Don Martínez de PASQUALLY: la Reintegración. Este principio reposa en la práctica de la Filosofía Natural, en la que la Alquimia y la Evocación de los Espíritus (mediante la intervención de un Médium) están muy presentes. La práctica de la Teúrgia empuja al Masón del Rito Egipcio a penetrar en el Sublime Santuario de la Naturaleza, para poder acceder, al final de su «Trabajo Iniciático», a la Reintegración física y espiritual. «La Masonería Egipcia representa la perfección de la Filosofía Natural y Sobrenatural; que se adquiere por el culto y la práctica de la Perfecta Religión, que el Eterno ha determinado por la intercesión de un querido Discípulo o Elegido de Dios».

Una continuación del Rito de CAGLIOSTRO, en la Italia de principios del siglo XIX, fue confirmada por Giuseppe GABRIELLE, quien refiere los documentos que atestiguan la existencia en Nápoles, en 1815, de una Logia, La Vigilanza, que trabajaba en el Rito Egipcio de CAGLIOSTRO; teniendo por Venerable a Pietro COLLETRA, y, por Gran Cofto, al Barón MORITEMAYOR (cf. La Massoneria Egiziana, publicado en la Revista Massonica, vol. 70, nº 2, pp. 3, 4 y 9, Roma, 1979; y Massoneria e Carboneria net Regno di Napoli, Ed. Atanor, Roma, 1981). También se puede citar, para Italia, gracias a los trabajos de investigación de Gérard GALTIER, la Sociedad Secreta Egipcia (Société Secrète Égyptienne), masónica y mixta, de Bernardino DROVETTI, puesta al descubierto por un informe de la policía austríaca en 1818, que trabajaba en el Rito Egipcio de CAGLIOSTRO en sus dos Logias: Los Caballeros de las Pirámides (Les Chevaliers des Pyramides), en el Gran Cairo; y Los Amigos de la Concordia (Les Amis de la Concorde), en Alejandría.

 Este listado franco-italiano de los orígenes y desarrollo del Rito Egipcio, ha sido realizado a fin de determinar los creadores más importantes, ordenados cronológicamente. Ahora, concretaremos el origen del Rito Mizraim (de 90 Grados); y, después, el de Menfis (de 92 Grados).

El origen del Rito de Mizraim (de 90 Grados)

 Ante todo, hay que observar que la palabra hebrea «Mizraim» significa «Egipto». En la leyenda, los hebreos parten hacia Egipto para recibir la Iniciación, de donde regresan como portadores de un conocimiento superior; por lo que se hacen reconocer como aquellos que vienen de Mizraim: «aquellos que habían partido, y que están devueltos». Todos los grandes Patriarcas, como precisa Dominique de LAGAYE, en La Forêt (abril, 2009), tienen en común una estancia en Egipto. De ABRAHAM (Gn 12:10) a JOSÉ (Gn 39:1), de MOISÉS (Ex 4:18-21) a JESÚS (Mt 2:13-15), pasan por este periplo iniciático que les conduce de la Obra al Negro (de las Tinieblas) a la Obra al Rojo (a la Revelación de la Luz), antes de retornar a su lugar de origen, en Oriente.

 Esta base egipcia de experimentación iniciática engendrará la famosa Tabla Esmeraldina, la obra alquímica greco-egipcia atribuida al enigmático Hermes TRISMEGISTO, nombre que dará origen al Hermetismo. En su Discurso perfecto (70, 3), obra dedicada a Asclepios (principios del siglo IV), se refiere lo siguiente: «Egipto es una imagen del Cielo; o, mejor aún, del Cielo y de todos los Poderes que están en el Cielo. Si tuviéramos que decir la verdad, ¡nuestro país es el Templo del Mundo!».

Marc BÉDARRIDE, Gran Conservador del Rito, traza la historia del Rito de Mizraim (de 90 Grados) en la obra La Orden Masónica de Mizraim (l’Ordre Maçonnique de Misraïm), publicada en 1848: «La Orden fue creada por el Todopoderoso»; quien instituyó a «ADÁN como su primer Gran Conservador».

 Una cronología desarrollada evoca la presencia del Rito a principios del siglo XVIII, en el seno de la República Veneciana, partiendo de las Islas Jónicas; pasando, en 1782, por la Isla de Zante o de Zakynthos, el sur de Sicilia; y terminando en Venecia, en una Logia Mizraimita, en 1796. De esta Logia, queda constancia por CAGLIOSTRO; incluso es citada por el Barón TASSONI de Módena (que fue llamado Filaleteo Abraham o Philalèthe Abraham).

 Durante este mismo año, Gad BÉDARRIDE, según su hijo Marc, recibe de un misterioso Iniciado egipcio, ANANIAH el Sabio, la Filiación y los Poderes de transmisión de una Tradición Masónica egipcia. Para sus detractores masones, al Rito de Mizraim le habrían prestado, efectivamente, un poco del Rito Egipcio de CAGLIOSTRO; pero también sería deudor del Escocismo, del Martinismo y
del Hermetismo.


Pero, si las influencias pueden ser identificadas en parte, ¿quiénes son los organizadores de este vasto y complejo Rito? Para contestar a esta pregunta, podemos citar a los franceses Pierre LASSALLE; CERBES; y Charles LECHANGEUR, y su amigo italiano TASSONI. Emmanuel REBOLD, en su Histoire des trois grandes Loges de Franc-Maçons en France (editada en 1868), avanza una tesis en relación a este asunto. Para REBOLD, su verdadero «inventor» sería el Francmasón Charles LECHANGEUR, Presidente de un Taller de Milán que quería introducir los Altos Grados del Rito
Escocés en el seno del Gran Oriente de Nápoles; del cual, el Príncipe Eugène de BEAUHERNAIS (1781-1824) era su Gran Maestro.

Ante la negativa del Supremo Consejo de admitir esa propuesta, LECHANGEUR parece que optó por desarrollar, como reacción, un Rito de 90º, autoproclamándose Superior Gran Conservador de la Orden de Mizraim; fundando, en línea con su decisión, algunos Capítulos en Nápoles.

 A imagen del Capítulo Rosa+Cruz La Concorde, instalado en Lanciano, en la provincia de Chieti, en la región de los Abruzos, aquellos Capítulos de Nápoles practican el Rito de Mizraim en 1811; al tiempo que, en sus diplomas, se mencionan los nombres de LECHANGEUR y de BÉDARRIDE…

 Notemos que la tesis de REBOLD ha sido reivindicada en la actualidad por un descendiente de LECHANGEUR: Michèle-Bernadette LECHANGEUR, quien hace de su abuelo el único creador del Rito. Ciertamente, LECHANGEUR y el Masón italiano TASSONI son los definidores de la primera Escala del Rito (del Grado 1º al 70º). Por su parte, Gastone VENTURA ve a TASSONI como el único creador del Rito, que hace remontar a 1801; año en el que sería configurado a partir de anteriores elementos ya unificados en Venecia. Esos Rituales dispersos y fragmentados procederían del Rito
de Mizraim creado en Nápoles, entre 1745 y 1750, con siete Grados. Después, incluso, se puede suponer que estos documentos cayeron en las manos de CAGLIOSTRO, y de su grupo de iniciados venecianos, para configurar su Rito Egipcio.

 Según esta hipótesis, la raíz del Rito de Mizraim sería el Gran Copto; aunque Marc BÉDARRIDE no hace ninguna referencia a ello en su obra.

El historiador CLAVEL (miembro, como su padre, del Rito de Mizraim) vuelve, en su obra Histoire pittoresque de la Franc-Maçonnerie et des Sociétés Secrètes, publicada en 1843, a la hipótesis que apunta a LECHANGEUR; precisando que algunos hermanos no habían podido ser admitidos en la composición del Supremo Consejo Escocés fundado en Milán, en 1805, por lo que imaginaron el Rito: «El hermano LECHANGEUR fue el encargado de compilar los elementos, de clasificarlos, de coordinarlos y de dirigir un proyecto de creación total».

Todo indica que LECHANGEUR fue un Masón erudito, que figuró como Dignatario en numerosos Cuadros de Logia en Italia, siendo practicante de la mayor parte de los Ritos. Verdaderamente, fue el que contribuirá, junto a TASSONI (y su inspiración veneciana), a incluir en el Rito una manifiesta influencia procedente de los Ritos Escoceses.

De lo que no cabe duda es de que en estas tierras, y con la influencia de Italia y de Francia, se dio una forma definitiva al Rito, por mediación de Michel BÉDARRIDE; iniciado en 1801, en la Logia La Candeur, en Cesena (Emilia-Romagna), y, en 1802, afiliado, junto con su hermano Marc, en la Logia parisina Mars et Thémis.

Michel BÉDARRIDE era negociante en el Reino de Nápoles, bajo la autoridad de Joachim MURAT; usando del título de Inspector de Víveres de la Armada de Italia, en cuyo Estado Mayor estaba su hermano Marc.

Una primera aproximación histórica, evidencia que sus poderes magistrales le fueron dados en Nápoles por un tal Pierre LASALLE; quien aparecía en los listados de miembros que componían la Suprema Potencia de la Orden Masónica de Mizraim y de sus cuatro Series para Francia (Puissance Suprême de l’Ordre Maçonnique de Misraïm et de ses quatre Séries pour la France), en 1822, de Marc BÉDARRIDE, como Grado 90º y digno representante de la Sagrada Potencia en los Valles de Nápoles.

Esta transmisión procede de los Iniciados que habitaban la Venecia de 1788 y de un Círculo de socinianos que habían contactado con CAGLIOSTRO, estableciendo un Rito Egipcio que, pasando por Milán y Génova, llegó hasta Nápoles. Tal vez, fue LASALLE el tercer responsable en introducir los Arcana Arcanorum, terminando la línea iniciada por TASSONI y seguida por LECHANGEUR.

Advertimos que, en 1813, los masones LASALLE y LECHANGEUR pertenecían al Supremo Consejo General de los Grandes Maestros Absolutos (Grands Maîtres Absolus) del Rito de Mizraim (o de «Misphraïm») de Nápoles, fundado en 1805; lo que corrobora la relación entre ellos.

Una segunda hipótesis, más documentada, vuelve sobre LECHANGEUR; pues Michel BÉDARRIDE obtiene una primera Patente (válida hasta el Grado 73º), ampliada el mismo año con una segunda (Milán, 1811), que le permitiría trabajar hasta el Grado 77º,
confiriéndole, tanto a él como a su hermano Marc, el Grado de Gran Hazsid.

El 1 de septiembre de 1812, en Venecia, el Francmasón POLACQ, un Gran Maestro Independiente (Grand Maître Indépendant), confiere a Michel BÉDARRIDE la dignidad de Gran Conservador o Grado 90º. Tras la muerte de LECHANGEUR, Michel se hizo reconocer por su sucesor, Théodore GERBER, en octubre de 1812, en Milán, como Superior Gran Conservador de la Orden de Mizraim en Italia.

Después de un fracaso comercial en el sector de la perfumería, Marc BÉDARRIDE, marcha a París, en 1813, en calidad de oficial retirado, convirtiéndose en el portavoz de sus hermanos Michel y Joseph (quien ingresó en el Rito de Mizraim el 5º día del 5º mes de 1803) y de los masones François JOLY (Orador en la Logia Les Trinosophes, de Jean-Marie RAGON) y Armand GOBOREA (o GABORRIA); quienes reclaman ser los depositarios de las Patentes mizraimitas de Nápoles. Pero advertimos que los BÉDARRIDE no están en posesión de las Patentes emanadas de TASSONI (Venecia) o de LASALLE (Nápoles); pero sí de CERBES, por entonces Gran Maestro de Mizraim en Milán para la llamada Jurisdicción del Norte.

El 21 de mayo de 1814, en la dirección de su domicilio parisino, en la rue des Bons Enfants, en el primer distrito, se estableció un Gran Capítulo. Todos ellos fundaron la Logia L’Arc-en-Ciel (El Arco Iris), convirtiéndose en la Logia Madre del Rito; cuyos trabajos comenzaron en junio de 1816, en la rue Saint-Honoré, cerca de la Plaza del Palacio Real (Place du Palais Royal). Según CLAVEL, su responsable, el Masón MÉALLET, que era conocido por su dedicación al estudio de las Ciencias y la
Historia de la Antigüedad, habría reescrito el Ritual de Aprendiz (cf, ibid, p. 259) y redactado los nuevos Reglamentos Generales, que sustituían a los de 1805.

Después, se instaló una Logia erudita o de investigación bajo el título de Seguidores de Zoroastro (Sectateurs de Zoroastro). A fin de completar la totalidad de los Rituales, fue requerido el trabajo de François JOLY, reputado hombre de letras y versado en materia iniciática. Por tal motivo, JOLY reivindicará su título de Gran Conservador, que recibirá en Milán; y, gracias al apoyo de Armand

GABORRIA, formará un Consejo Independiente de 90 Grados con la intención de permanecer bajo la obediencia del Gran Oriente, pero reservándose la administración de los Grados 67º al 90º. Este proyecto fue rechazado por el Gran Oriente, el 14 de enero de 1817; que, yendo aún más allá que su impulsor, generalizará la prohibición de la práctica del Rito.

Esta reacción provocará una respuesta de los BÉDARRIDE que, a su vez, ocasionaron nuevos actos de agresión que pusieron en duda el origen, la credibilidad y la paternidad del Rito y la de sus Títulos; por lo que deciden partir, en 1818, hacia los Países Bajos y, luego, asentarse en Bruselas.

En 1818, se abrieron los trabajos en las Logias parisinas Les Douze Tribus, Les Sectateurs de Misraïm, Le Buisson Ardent y Les Enfants d’Apollon. En 1819, se escindió la Logia Les Sectateurs de Zoroastre. A finales de 1822, el Rito ya estaba implantado en las Logias de Burdeos, Rouen, Lyon, Metz, Toulouse, Besançon, Montauban, Sedan, Cavaillon, Darnetat, Ginebra y Lausanne. Varios Consejos, constituidos para la propagación del Rito, se abrieron en Marsella, Estrasburgo, Nimes,
Clermont-Ferrand, Nancy, Montpellier, Carcassonne, Lille, Moissac, Roanne, Tarrare, Nantes y Saint-Étienne. Estas Logias extrajeron a sus Dignidades de la Masonería del Rito Escocés, sensibles al Sistema de Altos Grados, y de acuerdo a una ideología muy precisa: los bonapartistas, los republicanos y los carbonarios.

Después de un largo sueño, de 1822 a 1831, ocasionado por las consecutivas decisiones judiciales que surgieron tras un complot ideado por cuatro sargentos de La Rochelle, por el que se asimilaba la influencia de las Logias del Rito de Mizraim con las reuniones clandestinas de los carbonarios, los miembros de las Logias decidieron despertarse en París, en el número 41 de la rue Saint-Merri, con el levantamiento de la emblemática Logia L’Arc-en-Ciel (El Arco Iris); después, con la Logia Les Pyramides (Las Pirámides) y, por último, con la Logia Le Buisson Ardent (La Zarza Ardiente).

A la muerte de Michel BÉDARRIDE, el 10 de febrero de 1856, le sucede J.-T. HAYÈRE en el oficio de Superior Gran Conservador, hasta mayo de 1864, mes en el que el Dr. GIRAULT toma la dirección del Rito. Tras éste, será Hippolyte OSSELIN (1814-1887) quien asumirá el oficio; desarrollando el Rito en el sur de Francia, con las Logias de Marsella, Martigues y La Ciolat, dirigidas por Émile COURBET, futuro Gran Maestro Delegado para los Valles del Midi. En estas circunstancias, y por cierto tiempo, se aproximará al profesor Ferdinando Francesco degli ODDI, Gran Maestro del Gran Oriente de Egipto, trabajando en el Rito de Menfis.

En 1887, Jules OSSELIN sucede a su padre; y, desde ese momento, dirige la corriente tutelar del Rito de Mizraim desde el seno de su Gran Logia, con la ayuda de los Talleres parisinos de L’Arc-en-Ciel, Le Buisson Ardent y Les Pyramides; mientras que Jacques VILLARÉAL defiende la práctica del Rito de Mizraim «más antiguo», es decir, de aquel que procede de la Filiación de los hermanos BÉDARRIDE.

Antes de pasar a los orígenes de Menfis, nos detenemos un instante en los distintos estratos que formaron el sistema de Grados.

En 1986, en la conferencia que ofreció Gérard GALTIER sobre Los orígenes del Rito de Mizraim (Les origines du Rite de Mizraïm; cf. su libro La Tradición Oculta: Masonería Egipcia, Rosa+Cruz y Neo Caballería; 1939), publicada íntegramente en el Boletín Interno nº 3 de la Grande Loge Symbolique du Rite Ancien et Primitif de Memphis-Misraïm, se menciona lo siguiente: «Para los Altos Grados que aparecieron en el siglo XVIII, entre el 4º y el 68º, se cita el Rito del Capítulo Metropolitano de Francia, el Rito Adonhiramita, el Rito de la Gran Logia de los Maestros Regulares de Lyon (Rite de la Grande Loge des Maîtres Réguliers de Lyon) y el Rito de la Logia Escocesa Madre de Marsella. Entre el 69º y el 76º, que son Grados de inspiración israelita e inéditos en la Francmasonería, se citan los siguientes títulos: Caballero de la Janukah (69º) o Hynaroth; Muy Sabio Príncipe Israelita (70º); Soberano Príncipe Talmudim (71º); Soberano Príncipe Zadikim (72º); Gran Haram (73º); Soberano Gran Príncipe Haram (74º); Soberano Príncipe Hassid (75º); y Soberano Gran Príncipe Hassid (76º). Entre el 78º y el 90º, se desarrolla la cuarta Serie; llamada hermético-cabalística o esotérica; que se divide en Grados administrativos e iniciáticos. Los últimos cuatro Grados, del 87º al 90º, son llamados Arcana Arcanorum o Régimen (Escala) de Nápoles».

En la actualidad, los masones que practican en Francia del Rito de Mizraim saben de la existencia de un tronco común, tanto orgánico como iniciático, que parece reunir los primeros sesenta y seis Grados, tal como menciona Claude-André VUILLAUME en su Manuel Maçonnique, publicado en 1830; ya que los otros Grados pueden entenderse como parte de un esquema iniciático próximo al Rito, aun siendo de diferente procedencia y fundamento.

RAGON, en su Retejador general de la Francmasonería o Manual de los Iniciados (Tuiléur Général de la Franc-Maçonnerie ou Manuel des Inities), publicado en 1861, refiere la especificidad del Rito Napolitano y resalta el papel central de los Arcana Arcanorum, los cuatro últimos Grados del Rito, que fueron incorporados por mediación del Supremo Consejo de Nápoles y de los masones JOLY, GABORRIA y GARCÍA.


El origen del Rito de Menfis (de 92 Grados)

Menfis es considerada como el principal Centro de Iniciación egipcio, próximo a la Gran Pirámide y antigua capital del Bajo Egipto, en el primer Nomo, cuyo nombre es una deformación griega de la voz egipcia con la que se conocía a la pirámide de Pepi I, faraón de la VI Dinastía: Men-Nefer (Estable en Belleza). Al parecer, Menfis también fue conocida como Inebu-Hedy (Muro Blanco); y, en el Imperio Medio, como Anj-Tauy (Balanza de las Dos Tierras).

Señalemos que los eruditos que acompañaron a Napoleón Bonaparte, durante su Campaña de Egipto, sólo descubrieron las ruinas diseminadas de la antigua capital; y que aquella, hasta finales del siglo XIX, no fue escavada y restituida de acuerdo a un criterio arqueológico.

Jacques-Étienne MARCONIS de NÈGRE (1795-1868), en El Santuario de Menfis (Le Sanctuaire de Memphis), se califica de «fundador» del Rito y de Gran Hierofante; y parece haber calcado todo lo referente a Mizraim, para, luego, aplicarlo a lo que afecta a Menfis. Articula su origen histórico en base a un sabio egipcio, ORMUZ, un sacerdote seráfico de Alejandría, convertido por San Marcos en el año 46; quien habría purificado «la Doctrina de los egipcios», haciendo posible que aquella fuese redefinida «según los principios del Cristianismo».

Al parecer, los Discípulos de ORMUZ transmitieron esta Ciencia de la Antigua Sabiduría Egipcia a los Templarios, conocidos bajo el nombre de Caballeros de Palestina o Hermanos de la Rosa+Cruz de Oriente; a quienes se les considera fundadores inmediatos del Rito de Menfis.

Precisamos que fuera de la leyenda puramente masónica, se encontrará, ya en el siglo XVIII, la evocación de ORMUZ, como sacerdote de Serapis, en el tratado alquímico de Samuel RICHTER; con el título de La verdadera y perfecta preparación de la Piedra Filosofal por la Fraternidad de la Orden de la Rosa+Cruz de Oro y de la Rosa Roja (La vraie et parfaite préparation de la Pierre Philosophale par la Fraternité de l’Ordre de la Rose+Croix d’Or et de la Rose Rouge), publicado en Breslau, en 1710. Y en 1757, en el seno del Sistema Masónico de tendencia alquímica dirigido por Hermann FICTULD (†1777); denominado: Sociedad de la Rosa y de la Cruz Dorada o Fraternidad de la Rosa+Cruz de Oro (Societas Rosae et Aureae Crucis ou Fraternité des Rose+Croix d’Or). Pero también se conocen otras trazas del Rito, fechadas en torno a 1798, en el Cairo.

MARCONIS definió de esta manera los objetivos de la Orden: «El Rito Masónico de Menfis es la continuación de los Misterios de la Antigüedad, […]. Su misión es el estudio de la Sabiduría que sirve para discernir la Verdad, […]. Es el reflejo de la tolerancia religiosa, de la unión de todas las creencias y de la reunión de todos los hombres». De acuerdo a estas líneas materiales del Rito, precisa: «El Rito de Menfis es el único depositario de la Alta Masonería, el verdadero Rito Primitivo, el Rito por excelencia, […]. Para el verdadero Árbol Masónico, todos los Sistemas no son
más que las Ramas surgidas de esta Institución; respetable por su gran antigüedad». «[…] El verdadero depósito escrito en caldeo, se conserva en el venerable arco del Rito de Menfis y, en parte, en la Gran Logia de Escocia, en Edimburgo, y en los conventos de los maronitas del Monte Líbano».

La introducción del Rito en Francia se debe Samuel HONIS, un Masón nativo del Cairo; quien lo habría traído de Egipto en 1814. El 30 de abril de 1815, HONIS fundó, con el padre de MARCONIS de NÈGRE, Gabriel-Mathieu, oficial italiano de la Armada Napoleónica; el Barón DUMAS; y el Marqués de La ROCHELLE; la Logia Madre Los Peregrinos de Menfis (Les Pèlerins de Memphis) o, según Gérard GALTIER, Los Discípulos de Menfis (Les Disciples de Memphis), trabajando en este Rito en la rue Lacapelle, en los Valles de Montauban. Once meses más tarde, esta Logia entró en sueños.

Jacques-Étienne MARCONIS, lejos de los desiertos de Egipto, fue iniciado en París, el 21 de abril de 1833, en el Rito de Mizraim; Rito del que será excluido dos meses más tarde.

La relación entre Samuel HONIS y Gabriel-Mathieu MARCONIS de NÈGRE parece pasar por la Logia Isis, fundada en el Cairo, en 1798; y que contaba, entre sus miembros, con eruditos y oficiales franceses, así como con distinguidos egipcios, todos ellos muy sensibles a los «misterios de las pirámides». Esta Logia habría trabajado en el Rito Primitivo de Narbona.

 Para el historiador CLAVEL, habría que citar a otro Masón, asociado con MARCONIS, en la creación de los Rituales de Menfis: É.-N. MOUTTER, hombre de letras, con quien escribe El Hierofante: Desarrollos completos de los Misterios Masónicos (L’Hiérophante: Développements complets des Mystères Maçonnique), publicado en 1839.

Jacques-Étienne MARCONIS se instala en Lyon, donde, con el nombre de «de NÈGRE» (el apellido de su madre), funda una Logia en el Rito de Mizraim, llamada La Benevolencia (La Bienveillance); siendo elevado al Grado 66º por el Poder Supremo de la Orden de Mizraim. Por entonces, los hermanos BÉDARRIDE ignoraban quién se ocultaba tras esa identidad; pero la superchería fue descubierta poco después, lo que le valió, el 27 de mayo de 1838, una segunda exclusión del Rito.

Pero en ese mismo año, después de finalizar la redacción de los Rituales de Menfis, MARCONIS se presenta en Bélgica, como el Sucesor de la Gran Hierofanía de su padre, realizando negociaciones para establecer el Rito en aquel país. De hecho, con este título de Gran Hierofante, instaurará un Grado suplementario: el 96º.

De vuelta a París, ahora con el nombre de MARCONIS-LETUILLART, funda la Logia Los Discípulos de Menfis (Les Disciples de Memphis), cuyas Tenidas se desarrollan en la Sala del Prado; después, funda la Gran Logia Osiris; en 1839, una Logia Capitular de Los Filadelfos; y, en 1840, la Logia Los Sabios de Heliópolis (Les Sages d’Héliopolis).

Debido a la presión de los hermanos BÉDARRIDE, que iniciaron varios procesos administrativos, las Logias francesas son obligadas a abatir Columnas, el 25 de febrero de 1841, por un Decreto de la Prefectura de París. Pero, en 1849, reinician sus actividades tres de esas Logias: Los Seguidoresde Menes (Les Sectateurs de Ménès), Los Discípulos de Pitágoras (Les Disciples de Pitágore) y Los Discípulos de Menfis (Les Disciples de Memphis).

Usando de su nombre completo, MARCONIS de NÈGRE ensaya el desarrollo del Rito en Inglaterra, en 1850, creando, en 1851, la Gran Logia Los Seguidores de Menes (Les Sectateurs de Ménès); que, en 1853, se convertirá en el centro de las actividades del Rito, bajo la dirección del Gran Maestro de la Luz BERJEAU, tras la campaña antimasónica francesa, que desembocó, al principio del Segundo Imperio, en la prohibición de las Tenidas.

En 1860, MARCONIS de NÈGRE atravesará el Atlántico para extender su Rito en América; donde ya existían dos Capítulos en Nueva York. Durante este viaje, establecerá una Gran Logia, llamada Los Discípulos de Menfis (Les Disciples de Memphis), en el estado de Nueva York.

Después de una Circular, emitida el 30 de abril de 1862, dirigida por el Gran Maestro del Gran Oriente, el Mariscal Bernard-Pierre MAGNAN (1791-1865), a los masones disidentes, MARCONIS responde que desea volver a adherirse a esta Obediencia, solicitando su afiliación en la Logia Los Seguidores de Menes (Les Sectateurs de Ménès), que será instalada el 18 de octubre de ese mismo año.

Pero este Rito queda cercenado de su Constitución, de su Gobierno, de sus Consejos y de sus 95 Grados; pues sólo trabajan los tres primeros o Simbólicos, transformándose, de hecho, en un Rito Escocés al uso. De esta forma, MARCONIS abandona los Grados Superiores y su título de II Gran Hierofante (su padre Gabriel fue el primer Gran Hierofante) y primer Gran Maestro mundial, en el seno del Gran Oriente, llevando sólo el collar del Grado 33º, reafirmando, al mismo tiempo y no sólo en el plano simbólico, el fin del Soberano Santuario.

Durante un tiempo, la Logia marsellesa Los Caballeros de Palestina (Les Chevaliers de la Palestine) elegirá la autonomía y la fidelidad al Rito; aunque no consiguió soportar la presión, y, tal como afirmó Serge CALLET en La Franc-Maçonnerie Égyptienne de Memphis-Misraïm), «La desaparición efectiva de la última Potencia francesa independiente de Menfis aconteció en 1873».

Sin embargo, en 1862, tras su abdicación como Gran Hierofante mundial, MARCONIS promovió una Carta Patente del Rito de Menfis para la constitución de un Soberano Santuario en América.

El 26 de agosto de 1865, Giuseppe GARIBALDI (1807-1882), 33º, pasado Gran Maestro del Gran Oriente de Italia (mayo de 1864), y Francesco di LUCCA, 33º, Gran Maestro en ejercicio del mismo Oriente, son elegidos miembros honorarios del Soberano Santuario de los EEUU. Tras poco más de tres años, MARCONIS dimite del Gran Oriente; y muere el 21 de noviembre de 1868, en París.


Los hechos posteriores

 Después de la desaparición del II Gran Hierofante (para Menfis), termina el repaso de los llamados creadores históricos, de los propagadores o de los continuadores, es decir, de El más perturbador enigma de la Masonería francesa citado al principio de este artículo.

 Superados todos estos acontecimientos, se nos revelarán otros muchos, como episodios internos y externos, que prefigurarán la extraordinaria complejidad administrativa e iniciática emanada de la Gran Hierofanía Mundial. Tras la muerte de MARCONIS, el Gobierno Supremo del Rito decide establecerse en Egipto (donde el Rito estaba implantado desde 1856), con el Marqués Joseph de BEAUREGARD, como II Gran Maestro del Rito.


El 21 de marzo de 1873, Salvatore Avventore ZOLA es nombrado III Gran Maestro del Soberano Santuario de Menfis (Gran Oriente Nacional de Egipto); convirtiéndose en el III Gran Hierofante del Rito, el 11 de enero de 1874, tras MARCONIS de NÈGRE padre e hijo.

En 1872, el británico John YARKER (1833-1913) obtiene la titularidad de una Patente constitutiva de un Soberano Santuario de Menfis para Inglaterra e Irlanda, librada por Harry (o Henri) J. SEYMOUR, Gran Maestro de Menfis de los EEUU desde 1861; quien le asociará al Rito de Mizraim (pero sin comunicarle claramente el origen de sus prerrogativas). Bajo su impulso, el Rito toma su nombre completo: Rito Antiguo y Primitivo de Menfis-Mizraim (RAPMM, Rite Ancien et Primitif de Memphis-Misraïm), que se desarrollará por todo el Reino Unido.

El 25 de octubre 1876, el Gran Oriente Nacional de Egipto (que sólo trabaja en el Rito de Menfis) confiere a Giuseppe GARIBALDI los Grados 95º y 96º (éste creado a su propio requerimiento) y el título de Gran Maestro Honorario «ad vitam».

En 1881, GARIBALDI es designado, con el apoyo de algunos Soberanos Santuarios (de Nueva York, con Alexander B. MOTT; de Londres, con John YARKER; de Nápoles, con Giambattista PESSINA; y, luego, de Bucarest, con Constantin MORAIN), IV Gran Hierofante de ambos Ritos (por primera vez, la unión de los Ritos) y IV Gran Maestro General. Hay que observar que la Potencia Suprema de Mizraim para Francia no reconoció esta decisión, lo que justifica la persistencia de una corriente mizraimita independiente; así como el mantenimiento del Soberano Santuario para Egipto que
estaba dirigido por Salvatore Avventore ZOLA.

Aunque Giambattista PESSINA es el sucesor de Giuseppe GARIBALDI en 1882, la personalidad más respetada y con más influencia a escala mundial es John YARKER; quien expande el Rito, viajando por muchos Orientes de ambos Hemisferios.

En 1900, el Gran Maestro de Egipto, Ferdinando Francesco degli ODDI, es reconocido como V Gran Hierofante mundial y V Gran Maestro mundial (con el Grado 97º), por los Soberanos Santuarios de Menfis y de Menfis-Mizraim para los EEUU, Reino Unido (YARKER), Rumanía, Italia, España y Egipto. Poco después, en 1902, John YARKER se convertirá en el VI Gran Hierofante mundial (con el Grado 97º) y VI Gran Maestro mundial de ambos Ritos, con una función realmente efectiva sobre Europa; mientras que el Gran Oriente de Egipto conserva un Gran Hierofante para Menfis en la persona de Idris BEY RAGHEB.

En este mismo año, YARKER librará al ocultista alemán Albert Karl Theodor REUSS (1855-1923) una Patente constitutiva de un Soberano Santuario y un Gran Oriente para Alemania y Suiza, para los Ritos de Menfis y Mizraim, fundándolos, en compañía de otros esoteristas; como el médico ocultista Franz HARTMANN (1838-1912) y el Gran Maestro General Honorario, el alquimista Karl KELLNER (1850-1905).

En Francia, una Logia mizraimita, El Arco Iris (L’Arc-en-Ciel), que estaba perfectamente asentada en 1896, se responsabilizó de la gestión del Convento Masónico de los Ritos Espiritualistas (París, 1908), organizado por Gérard ENCAUSSE (1865-1916), llamado PAPUS, y su Orden Martinista, a fin de integrar el Rito de Menfis-Mizraim, según la línea de los Soberanos Santuarios de YARKER; los cuales, fueron representados en ese evento por Charles DETRÉ (1855-1918), llamado TÉDER, y por Theodor REUSS. En esa fecha, y tras un año de su nombramiento, PAPUS era el Delegado del Rito de Mizraim de Italia para Francia.

El Convento decidió la creación, en París, de un Supremo Gran Consejo y de un Gran Oriente del Rito Antiguo y Primitivo de la Masonería para Francia y sus Dependencias, sobre la base del Gran Oriente de Berlín de Theodor REUSS, aglutinando los Ritos de Menfis, Mizraim, Menfis-Mizraim y Escocés de Cerneau.

A partir de esta decisión, el Capítulo INRI y la Logia Humanidad, de París, trabajaron en el Rito de Menfis. Dos años más tarde, el mago británico Aleister CROWLEY aparece en el panorama del Rito de Menfis-Mizraim, como Grado 96º, según la línea del Soberano Santuario de YARKER.

Tras el fallecimiento de John YARKER, en 1913, Theodor REUSS se convertirá en el Gran Maestro mundial; mientras que el italiano Edoardo FROSINI será nombrado VII Gran Hierofante.

En Francia, después de la muerte de PAPUS, TÉDER, ya afectado por una grave enfermedad, le sucederá como Gran Maestro durante dos años; pero, luego, dejará los plenos poderes a Jean BRICAUD, quien constituirá un Soberano Santuario de Menfis-Mizraim, gracias a una Patente de Theodor REUSS, librada en 1919 (Gran Hierofante mundial en 1913), levantando en Lyon la Logia Humanidad.

El progreso de la Orden, con la creación de numerosas Logias, ha sido extensamente comentado en los Anales Iniciáticos (Annales Initiatiques) hasta 1939. Durante este período, el Rito de Menfis-Mizraim entabló relaciones iniciáticas con la Orden Martinista.

En 1929, once Grandes Conservadores firmaron una Constitución y Reglamentos Generales de la Orden Masónica Oriental del Rito Antiguo y Primitivo de Menfis-Mizraim (Constitution et Réglaments Généraux de l’Ordre Maçonnique Oriental du Rite Ancien et Primitif de Memphis-Misraïm), que tendrá, en 1933, su propio Boletín Oficial.

Jean BRICAUD desarrolló el Rito en el extranjero, librando Cartas Patente a Soberanos Grandes Comendadores para Portugal, Dinamarca y Holanda.

En Italia, Reginald GAMBIER Mac BEAN, elegido Gran Maestro; Guiseppe SULLIRAO; y Giovanni SOTTILE; levantaron en Palermo, en 1921, el Rito de Menfis con una Patente del Gran Oriente de Egipto, fechada en 1876. Estas actividades terminaron con los «años oscuros» que precedieron al advenimiento del Fascismo.

Después de la muerte de Theodor REUSS, Jean BRICAUD aparece, de hecho, como la autoridad moral y espiritual del Rito.

En Bélgica, el martinista Armand ROMBAUTS (Grado 90º por Jean BRICAUD, en 1920; y Grado 95º, en 1931) estableció una Logia en Bruselas, llamada Los Discípulos de Pitágoras (Les Disciples de Pythagore), contando entre sus columnas a Émile DANTINNE (1884-1969), Sâr Hieronymus, Imperator de los Rosa+Cruz belgas, y Jean MALLINGER. Bajo su impulso, esta Logia se convertirá en mixta. Por desgracia, Jean BRICAUD rechazará la emisión de una Patente para la constitución de un Soberano Santuario; exigiendo el cierre de este Taller.

Entonces, la rama belga decide la creación de un Supremo Consejo Internacional impulsado por los franceses PROBST-BIRABEN, 95º, y Georges BOGÉ de LAGRÈZE, futuro Gran Hierofante mundial en 1946, que organizará los Conventos de octubre de 1933 y de agosto de 1934, haciendo posible la constitución interina de una Gran Logia Nacional belga y mixta; y la creación del Grado 99º por parte de Armand ROMBAUTS, que se lo atribuye para sí (noventa Grados de Instrucción y nueve Grados Administrativos). Pero ROMBAUTS dimitirá de su Gran Maestría en 1934, confiando todas sus prerrogativas a Jean MALLINGER; quien las transmitirá, después, a su
asistente Marc LANVAL, responsable de que el Rito cayera en el olvido. En Francia, el año 1934 estará marcado por la muerte de Jean BRICAUD. Constant CHEVILLON será
reconocido Serenísimo Gran Maestro «ad vitam» para los países francófonos; y Charles-Henri DUPONT se convertirá en Gran Administrador del Rito, Gran Canciller y, en 1935, Gran Secretario General. Pero será Guerino TROILO, en Argentina, quien se convertirá en el VIII Gran Hierofante y el VIII Gran Maestro mundial del Rito.

Bajo la supervisión de CHEVILLON, se constituirá, el 31 de octubre de 1936, el Soberano Santuario de Suiza; y el Convento de Lyon, de 1938, verá la Iniciación de mujeres, miembros del Derecho Humano o del Rito Mixto de Menfis-Mizraim, en el seno de la Logia femenina Passiflore, nº 2, al Oriente de Marsella. Responsable del Rito más allá de sus fronteras políticas, librará las Patentes para Polonia, Yugoslavia, Egipto, Argelia, Grecia, Chile, Madagascar, etc.

La Segunda Guerra Mundial y la ocupación nazi hacen que muchos Talleres entren en sueños. Constant CHEVILLON es arrestado el 25 de marzo de 1944, mientras cenaba en casa de la Señora BRICAUD, en Lyon. Pocas horas más tarde, su cuerpo es descubierto acribillado a balazos; lo que refleja la extrema violencia de esos años. En Bélgica, el Gran Maestro Georges DÈLAIVE también es asesinado en una prisión militar alemana.

Robert AMBELAIN, iniciado el 26 de marzo de 1939 en una Logia parisina bajo la supervisión de Constant CHEVILLON, La Jerusalén de los Valles Egipcios (La Jérusalem des Vallées Égyptiennes), se acerca a LAGRÈZE (por entonces, próximo a Camille SAVOIRE y a René WIBAUX); quien le exalta, en 1942, al Grado 33º del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, después, en 1943, al Grado 66º, y, por último, en 1944, a los Grados 90º y 95º, convirtiéndolo en Sustituto Gran Maestro de su propio
Soberano Santuario e integrándose en la Logia Alejandría de Egipto (Aléxandrie d’Égypte), donde trabajará aisladamente hasta 1950.

El final de la Guerra coincide con la «restauración» del Soberano Santuario de Lyon, dirigido por Charles-Henri DUPONT; quien cederá temporalmente la Gran Maestría, a finales de 1945, a Pierre DEBEAUVAIS, para recuperarla en 1947.

Por su parte, LAGRÈZE se convierte, en 1946, en el Gran Maestro mundial y en el Gran Hierofante (el XI en cada una de estas líneas o Linajes), y trabaja, durante su último año de su vida, por la constitución un nuevo Soberano Santuario de Menfis, que dirigirá Jean-Henri PROBST (1875-1957), llamado PROBST-BIRABEN, haciendo posible el nacimiento, en 1947, de la Gran Logia del Rito Antiguo y Primitivo Egipcio de Menfis para Francia (la Grande Loge du Rite Ancien et Primitif
Égyptien de Memphis pour la France).

MALLINGER le transmitirá los Archivos, así como los Secretos, impulsando el despertar del Rito de Mizraim, en 1956, un año antes de su fallecimiento. Henri DUBOIS le sucederá y formará un Supremo Consejo de las Órdenes Masónicas Unidas de Menfis y de Mizraim para Francia (Suprême Conseil des Ordres Maçonniques de Memphis et de Misraïm réunis pour la France).

El 13 de agosto de 1960, Charles-Henri DUPONT nombrará, en su domicilio de Coutances (Baja Normandía), en presencia de Philippe ENCAUSSE, a Robert AMBELAIN como Gran Administrador del Rito, en el seno del Soberano Santuario de Lyon; designándole, ipso facto, como «el sucesor al cargo de Gran Maestro del Rito de Menfis-Mizraim para Francia y sus Dependencias».